lunes, 28 de febrero de 2011

En nombre de "su Señor"

Rompen, en nombre de "su Señor",
las venas de la inocencia.
En su casa sagrada,
promueven la moral,
cohíben la blasfemia,
transforman los placeres en pecados,
claman la bondad, la paz,
la esperanza...
Mientras, sus corderos feligreses,
creen sus voces, escuchan
con los sentidos en estado inconsciente,
tapiados, bloqueados,
atención exclusiva para
el embuste sacerdotal,
depositando, a su vez, buena parte
de sus ingresos, cada domingo
en los cepillos
extendidos por los pueriles monaguillos.

Cesto de la castidad lleno y,
tras las santas figuras,
el falo de la falacia
rompe, en nombre de "su Señor",
la vena de la inocencia
al pueril monaguillo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Transformando las rutinas

La rutina
se limita a una suma de momentos
banales y efímeros,
momentos
que producen sentimientos
de vacío, superficie. Por contra,
cada momento se compone
de ingentes partículas:
cada voz, cada mirada,
cada sonrisa, cada gesto,
cada olor, cada detalle...
partículas,
disociadas por la eternidad
de nuestra mente
que transforman cada instante
en un vuelo íntimo,
transformando
la banalidad de lo efímero
en la intensidad de lo infinito,
navegar por parajes cerebrales
hasta alcanzar rincones recónditos,
contemplando la inmensa profundidad
del alma.
Mientras la inercia fluye,
esos momentos, sus partículas,
nuestra mente y su alma,
ejercen introspecciones
que vagan por lo perenne
de nuestro cuerpo caduco.


Pd: modos de transformar el plastante tedio de todos en las maravillas de cada uno.

domingo, 20 de febrero de 2011

Llanto interno

Hay días de tamaña lucidez
y
días de disyuntiva abstracción.
Los unos, aleccionan,
los otros, como hoy, son introspección.

Dicen que lo que no fue en lágrimas,
fue en suspiros,
mi almohada apenas mojada,
pero el suspiro, ahoga.
No puedo hablar y contarlo,
el dolor por el mundo es ingente.

Los daños por
la gerra, el hambre,
el llanto, la lapidación,
el maltrato, la violación,
el asesinato, lo ausente.

La impotencia de verlo,
callada y con puños cerrados,
el suspiro
¿qué elijo?
¿ser alguien y paliar
la injusticia con meros parches?
¿o quedarme cuidando a los míos?

Dudas de esta introspección,
escozor por lo ajeno,
llanto interno,
finalmente, simple silencio.

Y me quedo sola, para comprenderlo
y me dejan sola, al no entenderlo
nadie puede escuchar
el pálpito desangrado de mi corazón
al rojo,
llanto interno.

Infinita sonrisa,
contagiando alegría,
aunque por dentro, llore,
llanto interno.

Porque el egoísmo humano
olvida el sufrimiento ajeno,
llanto interno.

Buscando la unión,
la cooperación, la lucha,
la comprensión
y sólo encuentro llanto interno.

Por...

Por la paz que trae la montaña, hablo.

Por no haber aprendido a hablar, lloro.

Por no saber llorar, suspiro.

Por ahogarme al suspirar, escribo.

Valle Alegría

Vengo al coto,
a contemplaros
aquí donde el humano
descarga su rabia y su odio,
penetrando vuestra inocencia,
menospreciando vuestra belleza.

Apacigua el graznido
la tempestad de esta sierra,
derrite el corzo
la palidez más gélida,
y el pez se zambulle
bajo las aguas frías, como muertas.

Vivís, ignorantes,
entre la paz y la libertad
del valle Alegría
y viene el arma del homo-sapiens
y se os lleva como trofeo, ya inertes
y lo llaman sabiduría.

En la Sierra de Guadarrama

El gélido aliento
de la soledad
escarchó mi nuca a la noche
y me embriaga,
soledad buscada.

Cuatro paredes hurañas,
hojas de papel,
Miguel Hernández, Asimov,
Plauto y Richard Bach impresos,
películas de ciencia ficción
guitarras y voz entonadas de rock and roll,
mis fuentes de inspiración,
Sierra de Guadarrama,
una vez más,
mi soledad y yo.

Y dicen
"niña rara, ¿qué te ocurre
que sólo sabes ser cuando eres sola?",

"niña loca, ¿qué te ocurre,
siempre en tu inopia?"

Y digo
"Y a ustedes, señores,
¿qué les importa?
¿acaso les cuestiono
sobre su empleo del tiempo?
¡qué tormento!"

"señores, estaba pensando,
estaba escribiendo,
regalándome horas
y ustedes, señores,
me tachan de loca."

África, alza tu frente

Sangras en el sur.
Destruída en manos cruentas,
devastada por las guerras,
invadida por el hambre,
víctima de venéreas.

Quieres alzar tu frente,
y un Occidente despiadado hunde
sus metas
entre tu costillar desnutrido.

Tienes la fuerza, el valor, la valentía,
la inquietud del avance,
la sensibilidad sufrida,
realmente quieres gritar,
dar un paso hacia delante,
pisar a quien te destruye
mas no tienes el pan,
desvanecen tus ideales,
tan sólo puedes soñar, pensar
en un bocado,
apaciguar tu sed y paliar tu hambre,
tan dolida,
tan escasa en energías
que las lágrimas ni mojan tu semblante.

Cada centímetro de tu piel,
escuece;
cada tono de tu voz,
callado;
cada fragancia de tu olor,
infecta;
cada gota de tus ojos,
seca;
cada sonido de tu tímpano,
sordo.

Tal es el grado de tu dolor
que a penas duele.
No lloras, no puedes.

África, sal, alza tu voz.

Conservas la más hermosa de las lunas,
madura tu grano bajo el más fúlgido sol.

Conservas la esencia humana más pura,
aún palpita en tus ojos un corazón.

Conservas la fauna salvaje enjuta,
pero colmando tu entraña de viveza y color.

África, duélenos, clama nuestra conciencia.

No te veas en la sombra,
apártate de los sinónimos de injusticia,
hiergue tu genio, alza la voz,
salva a tus niños, a tus mujeres,
dales la piedad y la fortaleza a tus hombres.

No nos cedas
más coltán,
más perca
ni más cobre,
no, amputa la mano de Occidente,
cuando te extiende sus armas,
sucias, su historia lo rebela,
no te fíes, alza la frente.

Estimula tu potencial, África,
rebélate, no estés ausente,
silencia nuestra voz sin clemencia,
lucha, lucha sin precedente,
no permitas
que la extinción sea tu fuerte.

viernes, 18 de febrero de 2011

Cristales de Bohemia

La realidad,
cristales de Bohemia,
bellos, si supiste contemplarlos,
caros, nadie suele regalarlos.
En ocasiones,
soñamos e imaginamos tanto,
que olvidamos colocarlos,
con delicadeza, en sus estantes. Rotos,
por haber sido ignorados,
y rotos, los ocultamos bajo la alfombra,
olvidando la sensibilidad real de nuestro tacto,
olvidando que la belleza rasgada, corta,
olvidando no pisarlos,
olvidando que el cristal de Bohemia roto, irreparable,
y hubo miedo a desecharlo, absurdo miedo, ¡estaba roto!,
y, ahora, sus rasguños, hacen daño.

Desechamos el cristal, al fin,
sangran, sangran las heridas más,
y corren los días,
sanan, sanan dejándonos esa cicatriz
del recuerdo de nuestros hermosos cristales de Bohemia.

jueves, 17 de febrero de 2011

Lucha individual

Del consuelo,
no es más fuerte
aquel que nunca cayó,
sino el individuo que más veces
supo levantarse.

Mi presente es un constante recuerdo
formado por las batallas que nunca perdí,
pese a la victoria del enemigo,
el triunfo verdadero y profundo
es la remontada individual.

La vida no es más
que
la voluntad y la constancia
en la lucha
personal y propia.

Perder el miedo,
es restar importancia
a nuestra caída al vacío,
pues los besos al suelo nos otorgan
el poder de aprender a erigirnos sobre él.

Brote de ideas y sueños

Del hastío,
terminan por emanar de mis pulmones
los escombros, los despojos,
restos de aquello que no fue,
sombras de aquello que no tuve,
mitos ignorados,
claveles de penunmbra
chapotean entre alquitran y nicotina,
intento de colapso venoso
putrefacción en el remate,
cuando abrir los ojos
se torna en el dolor de la inexsistencia,
transformada en sueños,
sueños que soñaron, aclamaron
una realidad que tan sólo luchó por existir.

viernes, 11 de febrero de 2011

Todo, todo, por orgullo

¡Qué bonito eras!
Te miraba desde lejos,
recorrer en bicicleta
nuestra pequeña aldea,
meneando al viento tu rubia melena.

Te miraba,
me mirabas,
subían las mareas.

Me pregunto cómo te irá,
por lo que sé, escalaste alto,
siempre fuiste un trepa,
narcisista desmesurado.

Pero, por si acaso, yo
siempre vuelvo a nuestra aldea,
me refugio bajo la luna
y nacen todas las noches
en que no dormimos juntos
e inundan las mañanas
todos los amaneceres
que no vimos, por orgullo.

Inocente fuiste
en pensar que tragaría arrogancia,
en pensar que iría a verte.

Inocentes fuimos,
lo confieso, yo de ti,
pensé lo mismo.

Choque de egos al cubo,
todo, todo, por orgullo.

Y morirme por saborear
tu miel de los panales del infierno,
eres hijo de Satán.
¡Pero qué calor en el momento!
¡Qué dulce el fuego de tu averno!


Y morirnos, ya ves,
todo, todo por mero orgullo,
por mero orgullo negarme
a que mi néctar sea tuyo.

Y condenados de por vida
a cruzar nuestras miradas azules
en el camino de arena,
que conduce a aquella fuente,
testigo único de nuestras
horas de charla adolescente
y, en sus aguas,
nuestras manos reflejadas
no se entrelazan,
nunca se entrelazaban.

Choque de egos al cubo
todo, todo, por orgullo.

Y mirarnos con los años,
como rosas, marchitando
perdiendo los pétalos,
las espinas conservando.

Y absurdos preguntarnos
¿qué hubiera pasado si...?

Hijo de Belcebú,
fuego que prende en el infierno,
yo vuelo en cielo azul.

Se cegarán, por no encontrarse
nuestros ojos de cián,
choque de egos al cubo,
todo, todo, por orgullo.

El romanticismo
en su estado más puro,
amores imposibles,
todo, todo, por orgullo.

Mares de nuestros ojos,
invadiendo nuestra aldea,
témpanos de hielo, mientras.

Todo, todo, por orgullo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Vuelves. Gracias

Vuelves, hablas,
lloras, ríes,
sudas, mientes.

Vuelves y conviertes
los más prútridos escombros
en
el más límpido optimismo.

Vuelves, sales,
vomitas, tragas,
piensas, sientes.

Vuelves y te cuento
todo mi pánico a hablar,
a sentirme incomprendida
y me ayudas a entender
todo aquello que no sé ni yo misma.

E irónicamente, aquí estás tú,
tras el dolor que me dejaste con tu huída,
resurgiendo desde el rincón
más profundo,
más oscuro,
más sucio,
más obtuso,
más nítido,
más sincero,
más directo
en que indirectamente te hallabas,
allá,
entre los recovecos de mi alma.

Y vuelves
y les cuentas a todos
y sin hablarles de nada
la omnipotencia de tu ser,
cuántas cosas, cuántas te guardas.

¿Cómo? Dime, ¿cómo?
¿Cómo saldamos nuestra deuda?
¿Cómo te devuelvo tanto que te debo?

Por volver,
por escuchar mi voz callada,
por tragar mi dolor y convertirlo en parrafadas,
por conocer todos los secretos
existentes entrelíneas de mis versos,
por trastonar el odio en entendimiento.

¿Cómo? Dime, ¿cómo?
Que aún dejándome, lo serás todo,
mi miedo a encerrarme en ti,
la pura felicidad de poseerte,
mi musa, mi ruina,
mi aislamiento, mi libertad,
mi conocimiento, mi dolor,
mi guerra, mi paz,
mi delirio, mi sueño.

Te lo daré
del único modo que sé:
GRACIAS, POESÍA.

lunes, 7 de febrero de 2011

Asúmelo y déjame

Esta yegua saturó sus alforjas,
cargándolas de pesos morales
y
responsabilidades no correspondidas. Si
alguna era olvidada en el sendero,
ya te encargabas tú de encasquetármela de nuevo.

Tal fue el peso de la alpaca,
tal el dolor en su espinazo,
que esta yegua, ya deslomada, desplomó;
y, en su posterior remontada, pensó
que viviría mejor
alejada de la granja en que se crió.

A ti, estanciera, te sentó como una patada,
querías conservar a tu yegua, siempre,
bajo el ala.

Me educaste para ser independiente,
me enseñaste a rechazar
el egoísmo y el chantaje afectivo,
a galopar firmemente
y hoy me reprochas mi actuación
que meramente, se ciñe a tu instrucción.

Te comento,
también yo soy idealista,
mas soy consciente de ello,
por eso sé que otras personas
no son las culpables
cuando no realizo mis sueños.
También yo soy humana,
es por ello que no puedo ser
esa extraña aleación
que tus ilusiones piden.
Mastiqué y tragué toda la impulsividad
que consigo trae la adolescencia,
evitandoos así otro disgusto
y, no conforme con ello,
pretendes que siga
regando tus arbustos.

Te digo y te pido:
Hace algún tiempo,
dejé de ser tu pequeña
y, te aseguro que jamás
seré tu mayor. Más
si ayer me exigiste que creciera,
no pretendas ahora que retroceda.

He crecido, asúmelo;
soy independiente, asúmelo;
elijo mi camino, asúmelo;
no cargaré con tu dolor, asúmelo;
no volveré al nido, asúmelo;
soy feliz desde que me fui, asúmelo.

Asúmelo y déjame.

Déjame ir,
déjame vivir,
déjame ser,
déjame estar,
déjame ser yo,
déjame en paz, por favor.

Basta de tus exigencias,
ya asumí responsabilidades
cuando fue preciso y
ahora, sola, continuaré mi camino.

Tal vez, mañana viva entre cartones
o quizás cumpla mis ilusiones,
eso sí, una cosa te prometo,
para conmigo, te eximo de obligaciones.

También mi fortaleza,
en ocasiones, se torna en tristeza,
y tú ya ni tan siquiera escuhas mis penas.

No podré soportarte
si terminas por convertirte
en todo lo que siempre odiaste.

domingo, 6 de febrero de 2011

Sólo con caricias de fuego

Hay fantasmas que se creen capaces
de descifrar mis versos,
descuartizando mis palabras,
desnudándome mejor
de lo que yo jamás podría hacerlo.

Inocentes ellos.

Aquel quería domar a esta fiera,
evocar a su ser más interno
y así despertar
ciertas pasiones gélidas
y abismalmente aletargadas,
clavando en las entrañas
sus, cuidadosamente, talladas flechas,
arañando en el alma,
con sus, sutil y profundamente, afiladas garras;
más el hielo,
ese corazón congelado de la bestia,
aquel iceberg nacido en su pecho,
tan sólo se derretía con fuego,
con la cálida caricia
ejercida por el sol
sobre el cráter lunar
en las noches de invierno. Y es que
aquel carámbano amurallado
es tan sólido y acendrado
que las flechas y las garras
se debilitan en derribarlo.

...Y de ser al contrario,
sería el secreto mejor guardado.