Lucha que no cesa
entre corazón y cabeza.
Vive, injerto en mis neuronas
el implacable dictador,
imperante, sólido, fuerte,
férreo y desalmado.
Aprendió
a mantener a mis latidos
silenciados.
- Levanta, siempre, niña, la cabeza.
- Niña, no te hundas
-¿Qué sentido guarda el rumbo
de tus venas?
No somos tan racionales como nos creemos... Eso es lo chuli ;)
ResponderEliminarjejeje... toda la razón! Tan chuli como contradictorio ;-)
ResponderEliminarSi no funciona el "heart" la "mind" se queda hueca...reales versos tallados con cabeza y barnizados con corazón.
ResponderEliminar¡Paz & Amor desde Cáceres City!
Muchísimas gracias, Raúl, me ha encantado cómo suenan tus palabras!
ResponderEliminarRevolución pacífica, desde Madrid ;-)
Bueno, que apareciste. Y parece con todo. No has perdido el encanto para escribir.
ResponderEliminarCuántos rumbo habrá en nuestras venas. Indescifrables.
Besos.
Gracias Pablo! Sí he vuelto... andaba un poco baja de inspiración, pero poco a poco, vuelve ;-)
ResponderEliminarY la tarea de mantener los latidos silenciados no termina, es la vida...lindo poema me encanto!
ResponderEliminarsaludos,
muchísimas gracias!!
ResponderEliminarMe gusta mucho, el ritmo del poema,su claridad, la cuestión final. Muy bueno!!!!!
ResponderEliminarVaya, gracias David! Cuánto tiempo sin leerte!!
ResponderEliminarUn saludo!