martes, 26 de abril de 2011

Vuelvo a sentir

Hay
bandidos de ánimas
suspirando mentiras
entre sus labios carnosos,
acariciando la piel
con dedos infieles,
vendiendo un amor
que me quemó cual rastrojo.

Perdí la cuenta
de las horas que pasé
olvidando que te olvidé,
acorazada en nombre
del dolor, el desengaño, el desamor...
En plena desrealización,
tratando de buscarme,
encerrada entre cuatro paredes,
invadida, aprisionada, desconsolada,
orgullosa y sin corazón,
más tierna que la carne
de un melocotón,
más dura que la cáscara
de un caracol.

Jugué con la ventaja
de saber quien eras,
mi impotencia tan sólo
fue contra tamaño dolor.
Y, tras mi silenciosa guerra interna,
saldando esta deuda,
recuperé este alma,
me deshice, lentamente
de tan vil armadura,
volviendo a advertir
la sed, el placer
y el sufrimiento que produce
la indecisión.
Aún no ha vuelto amor,
pero, ya ves,
tras tanta lucha...
te olvidé.
A mi dolor, a mi indecisión.
Y empoderada
y sin corazas,
vuelvo
a confiar en todos,
desconfiando de ti,
a confiar en mí.

Vuelvo
a
sentir.

domingo, 24 de abril de 2011

A mi sobrina Etna. El volcán que trajo luz a nuestros días.

Naciste
como la fúlgida lava del volcán,
limpia,
iluminando
los más tenebrosos
de nuestros días.
Hija del mar tempestuoso de la calma
y de la verde y frondosa montaña.
Vienen tus ojos marrones
a nuestros ojos vidriosos,
mostrándonos
la razón y la inocencia de tu ser,
de tu corazón, la bondad y la calidez.
Vienes a mi cabeza
como la blanca y pura espuma;
te siento, pequeña y vibro,
los aires que expiras
son las musas de mi inspiración,
te pienso, pequeña y palpo
la perfección.

lunes, 18 de abril de 2011

Mar bravío

Olas de anhelo
estrelladas a orillas
de los sueños,
acorazando,
disfrazadas de fortaleza
y amurallando
cada sentimiento,
la tempestad de su espuma,
vaciándome,
y este pánico al dolor
que pone a trotar
a soledad por mis venas,
matándome sutilmente
vivo abrazándome a ella.

Abro los ojos a la realidad,
donde nunca nada es suficiente,
mirar y querer ir más allá,
extasiarme en los mundos subterráneos
de las almas solitarias.

Quieren hablarme los hechos,
me cierro en banda,
fe, extraña,
en el propio entendimiento.

Tener la necesidad
de expirar unas palabras,
acobardadas
tras mis cuerdas vocales.

martes, 12 de abril de 2011

La primavera conserva escarcha

Roza la primavera
mi cristal
y los pétalos
de mis huesos
parecen marchitos.

Sale el sol,
tomo impulso
y cruzo a nado
mi lago de hiel.

Las orugas
me comentan
que habrá miel
en la otra orilla.

Han debido engañarme,
pues aún conservo
esta dermis escarchada
del alma.

Rescoldos de un invierno,
inerte, pasivo.

Levanto la cabeza,
oigo en el horizonte
zumbar a las abejas.

Tal vez,
el viento derrumbe
la escarchada dermis
del alma.

Parece masoquismo,
pedírselo a gritos
a una zarpa,
limpia de carroña,
pura, blanca.

Que me rasguñe
el alma.

Sentir.

lunes, 11 de abril de 2011

Autodestrucción (terrestre)

Nos creaste
en pos de suicidarte.
Fabricaste tu ideación,
tu ser perfecto,
buscándote,
nos encontraste.
Sabia madre tierra,
a tientas
te inducías en las tinieblas siniestras,
tu camino.
Receptor de tu existencia,
emisor de tus lenguas,
por ordenarte, por comprenderte,
por escucharte, por tu respuesta,
diste con la cúspide,
diana en la razón,
seres inteligentes,
objeto de tu causa profunda,
entendimiento, humanos. Vinieron,
por ti,
a otorgarte compañía,
a saberte viva,
a conocerte,
a experimentarte,
a hablarte.

Pero, dime, ¿en qué fallaste?

Buscándonos entre las profundidades
de tus océanos: oro negro.
Atravesando tus recónditos parajes,
oferta, venta, demanda: dinero.
Peregrinando los caminos de
la neurona, el alma, la respuesta: religión.

La réplica de tus plegarias se cumplió,
finiquitando la infinitud de tus dudas, creando
cerebros abismales,
cuya saciedad tan sólo es impulsada por la muerte.

Oro negro, dinero, religión... guerras.
Guerras que ignoran
nuestra propia existencia,
mutua mutilación,
daños al semejante,
ignorantes,
cargamos la bomba atómica
de odio,
ignorantes,
el daño al vecino, la bomba atómica,
el estallido contra uno mismo.

Tu falta de amor propio
posa nuestro pie en tu superficie,
al igual
que matamos al amigo,
la mutua mutilación,
mera autodestrucción,
matándonos,
te emulamos.

Nos inventaste,
te condenaste,
sin comprenderte,
te suicidaste.