martes, 20 de diciembre de 2011

De amor y libertad

El ansia de libertad
no se entorpece
en un pálido rostro invernal.

Estoy abrazada a la inquietud,
sobre la que espolvoreo dosis
de tenacidad, raciocinio y valor.

Mi fiera interna
arrancó sus gruesas cadenas
y el mañana sigue colgado de la incertidumbre.

Entre tanto trasiego,
ha sido inevitable
el recuerdo de tu ausencia,
cuando camino entre las voces de la gente
y me sumerjo en sus miradas autómatas,
no te hallo.
Quizás nunca estuviste,
y tu sonrisa no porte
la paz de mis anhelos.
Si volvieras a rozarme,
sosegaría tanta tempestad,
callaría todos mis gritos,
por uno sólo de tus besos.

Amaina la tormenta,
las cataratas translúcidas
pueblan mis pestañas,
en los charcos: tu rostro sonriente.
Igual que la última vez
que atravesé tus pupilas.

martes, 13 de diciembre de 2011

Alquimia de revolución

Nadie exige responsabilidades
a esos cuervos negros
que vuelan sobre nuestras cabezas.

En el interior nos carcome
cada acto realizado
bajo el juramento de la conciencia.

Al Norte hay una minoría de felinos
que devoran con ansia despiadada
a los ratones del Sur.

Nosotros, a dentelladas, hemos
engullido nuestros dedos,
con la energía desbordada a fin de mes.

En el mar, los tiburones, nadan individualizados
y alimentan sus gaznates
a base de pequeños peces colectivamente desorganizados.

A cada paso andado,
las neuronas nos remiten al vecino,
caminos de largo recorrido,
motivos para permanecer unidos.

domingo, 16 de octubre de 2011

El amanecer testigo

De todos ellos,
desprecio el sabor
del último beso.
Cuando los amaneceres, sucesivamente
se vuelven testigos silenciosos
de mi ausente inocencia,
me abrazo a los placeres
que Afrodita me inculcó.
En estado semi-consciente
rozo sus bocas,
como únicas y exquisitas,
vivo nocturna,
sin la presencia mental
del mañana.
Me despojé de
las nostalgias
y
las añoranzas,
sin embargo,
a pesar de las lluvias,
todos mis acompañantes,
se refugian en algún rincón de mi memoria.
La experiencia, prosigue
su cauce y,
de todos ellos,
rechazo el sabor
del último beso.

jueves, 11 de agosto de 2011

Se rompe la falacia. Libertad.

Respiro bajo la cúpula
de smog gris
que envuelve a mi ciudad natal,
Madrid,
aplomada por las almas velocípedas
cuyas miradas olvidaron cruzarse,
bailando los tempos rápidos
de los pentagramas humanos
y las luces farrucas iluminan
sus rostros desfigurándose,
desconociendo los encantos
de los pequeños momentos,
fluctuamos veloces y a contratiempo.

Cae, de la noche a la mañana,
la falacia de lo inexistente.

Indignación,
frustración
e impotencia, florecen.

Las raíces de los árboles
apuntan hacia el cielo.

Descorcho la botella del sentimiento
y brindo con el apocalipsis.

Mujer pacífica y paciente,
contempla a viejas marionetas,
llenas de polvo,
recobrando vida,
despojadas ya de su conducta indiferente.

Penurias y desgracias,
desplome estructural,
y, por razones abstrusas,
diviso, a lo lejos, la libertad social.

sábado, 16 de julio de 2011

Vacío vital

El vacío vital
que experimentamos los poetas,
a penas se pavimenta
un palmo tras la lectura
del último libro que terminé.

El pelo de mi perro
termina de relamer
las cicatrices consecutivas
a mis jugos gastrointestinales.

Bajo los relucientes rayos que brotan
de cada cráter lunar,
doy, sobre el papel, lugar
al desorden de mis preguntas
sin respuesta;
mis externos dan paso a mi orquesta
catatónicos, inquietos ante
la breve partitura abstracta que vibra
desorganizada sobre mis instrumentos.

Puedo escuchar en mí millones de explosiones,
voces procedentes de cada punto cardinal,
información de índoles varias
y no hallar el invento ordenador
de mi caótico taller de herramientas,
mientras continúo, siempre melena al viento,
buscando el serrucho que arranque la férrea correa
que amarra a mi fiera interna.

El libro, mi perro, mis cicatrices,
los relucientes rayos,las preguntas sin respuesta,
mis externos, mi orquesta
y mi diversa infinidad,
caen en el abismo desorganizado de mi taller de herramientas
y se acaricia con entusiasmo mi perfecta imperfección
sin haberse logrado pavimentar
a penas un palmo
de mi vacío vital.

Conservad el decrecimiento

Observo
atenta y activamente
vuestras conversaciones banales,
de principios carentes
y fundamentos retrógrados, decadentes.

Contemplo lo infinito del horizonte,
tratando de amarrarme
a las cadenas desidiosas
que aún no optaron por atarme.

Y sobrevuelo, en viajes astrales
las montañas, los árboles
y la esencia de la más pura inocencia
que envuelve a los animales.

Sueño entonces que cambio de postura
y me mimetizo empáticamente
en vuestro diálogo errático.

Me pregunto si seréis conscientes
del universo inmenso que os rodeaba
y se transfiguraba al tiempo
que fluctuaba vuestro llano vocabulario.

Tal vez, este segundo no sea mi tiempo,
quizás este paraje artificial no sea mi lugar.

Hace algún tiempo, príncipes y princesas
fueron víctimas del aborto.

Continuad absortos,
ignorad que es tarde para conservar
el decrépito decrecimiento
del sistema capital,
total...,
siempre fue igual,
mientras algunos se levantaban
otros se refugiaban entre la tele y el sofá.

jueves, 14 de julio de 2011

Lapsus espacio-temporal

Tras mi dosis nocturna
de nicotina,
comienzo a conciliar el sueño,
entre las cuatro paredes
que a veces nos atraparon.
Mis ojos se agitan
creando un lapsus
espacio-temporal
que me incita, por accidente
a recordarte.
Al esforzarme,
puedo verte
desnudo
e imaginarte, tocándome.
Sueño, como hace tiempo
con tu hermoso prepucio erizado,
tu cuerpo de débil apariencia
invadiendo enérgico mi ser,
el placer
de las primeras experiencias,
incesante atracción por lo desconocido
el magnetismo
suspendido sobre un abismo.
Siento un desgarro arterial
en este instante
en que tu presencia se agita
entre mis piernas.

Y regreso desde años atrás,
miro las fotos de la pared
y te arranco de ellas
tras un lustro de contemplación.

Y, situada de lleno en el presente,
se esfuma
tu prepucio erizado
y tu cuerpo de débil apariencia,
me libera.
Dejo de verte, recordarte y tocarte
a sabiendas
de que hoy sólo eres
otro de los sentimientos
que estampé
contra la pared.

miércoles, 29 de junio de 2011

Mind vs. Heart

Lucha que no cesa
entre corazón y cabeza.
Vive, injerto en mis neuronas
el implacable dictador,
imperante, sólido, fuerte,
férreo y desalmado.
Aprendió
a mantener a mis latidos
silenciados.

- Levanta, siempre, niña, la cabeza.
- Niña, no te hundas

-¿Qué sentido guarda el rumbo
de tus venas?

domingo, 12 de junio de 2011

Vacío al amanecer

Al compás de mis cuerdas vocales
bailaban tus manos bajo mi falda.
Es embriagante perder la noción
durante unos instantes
que olvidan el ayer y el sufrimiento
naufraga en la ebriedad del beso.

Y abrir los ojos...
una noche loca más, otro vacío
el despertar ante unos ojos fríos.
Los pies escarchados,
la tortura solar del amanecer,
se marcha el universo estrellado de nocturnidad
y otro cielo despejado da paso a la resaca.

Y al volver, del futuro al presente...:
- Lo siento, se hace tarde. Hasta siempre.

Tan latente...

Avanzado el mes de abril,
no se atrevió
el Ombligo de Venus
a resurgir,
pero el pétalo de la amapola
se permitió la osadía
de rasguñar mi víscera,
la pasión de su rojo
reflejada en mis ojos,
brotes de sangre coagulados
toman impulso en el corazón,
y hoy, que siento vivo su pálpito,
diástole y sístole
marcan un ritmo acompasado
entre mis cuerdas vocales;
vibrarán
sin cese,
sin silencio.

Para bien o para mal.

(Abril de 2011)

lunes, 30 de mayo de 2011

Dormía y callaba, despierto y hablo

Las moscas que sobrevuelan
el cubo de las basuras
iniciaron la revuelta
de mis sentidos
y no fui sola.
Sus alas
se agitaban
entre mi más profunda
víscera,
aguardando el momento,
la cumbre.

Ayer,
mi corazón
recargaba de sangre
un bolígrafo sórdido,
sangre plasmada en papel,
sólo materia abstracta,
ineficaz, fugaz, etérea.

Hoy,
es el mismo corazón
quien palpita enérgico
y ya no tiñe hojas efímeras, blancas
habla, actúa, transforma
realidades,
sin tiempo que perder
(aunque de ello brota)
en el baile esquizoide del sentimiento.

Se ausentan, arrancadas por el viento
mis musas, mi inspiración
y, apenas acudo a sus escasas llamadas,
es tiempo de revolución.

miércoles, 25 de mayo de 2011

El último adiós

Perdidos,
como dos sombras entremezcladas
con la oscuridad,
noches de vacío,
besos cóncavos,
huesos del deseo, cúbito y radio del desamor,
abrazos de silencio.
Ojos que no se cruzan,
miradas posadas sobre la luna,
manantiales en las bocas,
formando ríos con afluentes
que no desembocan.
Vernos, dudar,
miedo a pronunciar "futuro",
pánico a los silencios largos,
querernos unos minutos,
justo antesde despertar.
Inmadurez, indecisión y letargo
en nuestras ánimas enfrascados.
Caricias sustentadas con alfileres
y entrepiernas colgando de hilos.
Inevitable era dar un paso más,
imprescindible ir más allá,
aclarar ideas, devolvernos a la conexión neuronal,
y se soltaron los alfileres
y se cortaron los hilos
y avanzamos hacia atrás.
Recondujimos rabias a destiempo,
estampadas contra el rostro equivocado.

Hijos del desengaño,
mutuamente se curaron
para volverse a apalear.

Un paso hacia atrás,
bifurcando los caminos,
diversificando los destinos,
para poder continuar,
líneas de la mano que, por separado,
se vuelven a surcar.

Antítesis de poetas

Te escuché, corazón, aquella vez
que, como tantas otras, me fallaste.
Y para ti, ninguna lección es suficiente,
por más que apelo a mi razón,
terminas por salir a superficie.
Posees el espíritu del salmón,
que pese a saber que la corriente
de los ríos, será su muerte,
para desobar, siempre vuelve.
Y tú, por más que te encaminen
mis neuronas
terminas hablando a gritos,
como aquel que ansiaba ser escuchado.

Bien, sé cuánto has luchado
por palpitar entre la claridad de la luz
y ganarle la batalla a mi cabeza.
Te valoraré y daré paso, actúa,
pero, por favor, nunca te olvides de ella.

Lejos, te sueño

Titila tu nombre
entre las palabras que componen
mis versos.
Divisando el horizonte,
encontré, con la transparencia
de la frialdad tuya, tu mirada,
ese añil que me traslada
a imágenes abstractas,
por tanto que oculta,
aunque, quizás, no guarde nada.
Te pospongo en cada momento
de mi tiempo,
y, sin abarrotarme,
terminas volviendo
y buscas esos abrazos
que, por mero compromiso,
terminaré dándote,
y será entonces que conocerás
la gélida brisa de mi aliento
y esta sonrisa que mitiga los afectos...
Y te marcharás
como haces siempre,
y, al verte lejos,
te soñaré,
trasladándome a las
imágenes abstractas
que me llevarán a desearte
otra vez,
cuando ya no estés.

viernes, 20 de mayo de 2011

Adiós, silencio

Apagamos el televisor
y decidimos salir a la calle,
domingo 15 de mayo,
¿quién lo diría?
¿acaso alguien pensó
que el grito colectivo
abarcaría tanto lugar
en el tiempo?
Salimos a la calle,
con la esperanza de siempre,
regalarle unas voces al viento
y volver al abundante conformismo.
Salimos y nuestro espíritu
se embriagó,
el pueblo organizó su rabia,
oculta y callada
por tantos años, guardada.
Juntos, una semana ya
pasa silenciando al silencio.
Lucha que se expande
por cada rincón del Estado,
insurrección pacifista,
batalla común
de color apolítico.
Unión que brota
de cada poro en nuestras pieles
unión que perfuma
cada neurona de nuestras mentes.
Saber y expresar
que la democracia no es sin nosotros,
¡BASTA YA!
Esta no es democracia sin la voz del pueblo,
lo olvidaron
y aunque a punto estuvimos
de hacer lo mismo,
nos encargamos de recordárselo
pues hoy nuestras ideas
se agarran de las manos
y se encaminan persiguiendo
un sueño mejor,
un vivir que no se contenta
con un sobrevivir,
dignidad, no borreguismo, gracias...

Y... ¡ADIÓS, SILENCIO!

martes, 10 de mayo de 2011

Otro salto en una etapa vital

Paso las lunas
en este absurdo fluír
del que somos parte.

Me siento una esclava
que, sin más, se deja llevar,
junto a todos.

Protesto
a modo de apaciguar
este ansia de cambio,
logrando nada,
termino por conformarme,
sí, es
desidia, cobardía, desconocimiento.
Sentir cada mañana
que quiero atravesar más fronteras,
muchas más.

Mis inquietudes
colman y destruyen
mi sistema nervioso,
quieren correr, lejos,
salir de tan frívolo flujo...
Y aquí sigo, junto a ellas,
aquejadas, mis inquietudes y yo,
lograndodo nada.
Cambio de vida
si de la anterior extraigo
todo su jugo,
nueva casa, nueva gente,
conservando a los buenos,
a los de siempre.

Pero, al fin y al cabo fluyendo,
mis inquietudes y yo,
un estallido que aclama
agarrar férreamente unas riendas,
impulsándonos a marchar
lejos de aquí, de este,
mi pequeño mundo absurdo,
del que ya he consumido toda luz,
se apagó,
se acabó,
ayer disfruté partícipe,
hoy no es más que una nimiedad
de mi pasado.

Conservando y disfrutando
de los míos,
globalmente
irme física e intelectualmente...
tan lejos...

Y cambiar, cambiar
este... tan absurdo y conformista fluír...

Quisiera... sin embargo...
NO NACÍ PARA LA IGNORANCIA.

sábado, 7 de mayo de 2011

Alma de poeta

Mi alma es poeta,
impulsando una sangre
que quiebra mis venas,
soñadora y desgarrada,
enferma de ideación
como el cólera que hundió
al despechado Florentino Ariza,
como vive un artista sin sus musas,
vivo yo,
enamorándome del amor.
Es mi sentimiento un verso
que surgió en el siglo XVIII, romanticismo,
añorando
aquello que jamás existió,
aquello que podré tener delante
y no querré divisar,
por vivir navegando entre sueños,
elegí como mejor amante
lo abstracto, lo irreal, la idealización.

Diablesa sabia

Sé que disfrutas
cuando dominas,
cuando engañas.

Sé, chica
a cuántos manipulas,
a cuántos dañas.

Sé, bruja
que no mereces
una sola de mis palabras.

Yo soy la diablesa
que no ejerce,
de Satán la hija buena,
que tanto sabe, tanto se guarda
elije la paz y el amor,
desecha las guerras.
Diablesa, tan sólo, por vieja.

Conozco mil tretas,
descubrí mil artimañanas
para despedazar tu alma.
La rabia, la venganza.

¿Y qué ganaría?

Nada, zorra,
más que ponerme a tu altura,
ensuciar mi conciencia,
transformarla en la tuya.
Movería un dedo y... ¡ya ves!
derruiría tus muros.
Sin embargo, llámame tonta,
elijo la ignorancia
y conservo mi posición,
si me situase a tu altura,
bajo las suelas de mis zapatos,
dejaría de ser yo:

Diablesa por sabia,
guardándose para el amor.

miércoles, 4 de mayo de 2011

El metereólogo

Se escapaban
los rayos de sol
entre el tacto gaseoso
de las nubes,
mientras unos labios
rozaban mi vientre,
extremecía mis dedos,
enredados entre su pelo.

El veneno se olía
posado en los capullos
de las adelfas
con la similitud
de una lengua biperina
lubricando mi garganta
y la inestable vibración
de unas cuerdas vocales en mis tímpanos.

La tenue lluvia
inundando y ahogando
cada matojo,
como los abrazos
queman al dolor
y las caricias
desinfectan las heridas
a los desengañados.

Y en la levedad del viento
que mece fría mi piel,
pensó el metereólogo
que habría llegado ella,
la primavera.
¿Yo y la primavera? -le dije-
Yo, metereólogo,
tan sólo soy poeta.

martes, 26 de abril de 2011

Vuelvo a sentir

Hay
bandidos de ánimas
suspirando mentiras
entre sus labios carnosos,
acariciando la piel
con dedos infieles,
vendiendo un amor
que me quemó cual rastrojo.

Perdí la cuenta
de las horas que pasé
olvidando que te olvidé,
acorazada en nombre
del dolor, el desengaño, el desamor...
En plena desrealización,
tratando de buscarme,
encerrada entre cuatro paredes,
invadida, aprisionada, desconsolada,
orgullosa y sin corazón,
más tierna que la carne
de un melocotón,
más dura que la cáscara
de un caracol.

Jugué con la ventaja
de saber quien eras,
mi impotencia tan sólo
fue contra tamaño dolor.
Y, tras mi silenciosa guerra interna,
saldando esta deuda,
recuperé este alma,
me deshice, lentamente
de tan vil armadura,
volviendo a advertir
la sed, el placer
y el sufrimiento que produce
la indecisión.
Aún no ha vuelto amor,
pero, ya ves,
tras tanta lucha...
te olvidé.
A mi dolor, a mi indecisión.
Y empoderada
y sin corazas,
vuelvo
a confiar en todos,
desconfiando de ti,
a confiar en mí.

Vuelvo
a
sentir.

domingo, 24 de abril de 2011

A mi sobrina Etna. El volcán que trajo luz a nuestros días.

Naciste
como la fúlgida lava del volcán,
limpia,
iluminando
los más tenebrosos
de nuestros días.
Hija del mar tempestuoso de la calma
y de la verde y frondosa montaña.
Vienen tus ojos marrones
a nuestros ojos vidriosos,
mostrándonos
la razón y la inocencia de tu ser,
de tu corazón, la bondad y la calidez.
Vienes a mi cabeza
como la blanca y pura espuma;
te siento, pequeña y vibro,
los aires que expiras
son las musas de mi inspiración,
te pienso, pequeña y palpo
la perfección.

lunes, 18 de abril de 2011

Mar bravío

Olas de anhelo
estrelladas a orillas
de los sueños,
acorazando,
disfrazadas de fortaleza
y amurallando
cada sentimiento,
la tempestad de su espuma,
vaciándome,
y este pánico al dolor
que pone a trotar
a soledad por mis venas,
matándome sutilmente
vivo abrazándome a ella.

Abro los ojos a la realidad,
donde nunca nada es suficiente,
mirar y querer ir más allá,
extasiarme en los mundos subterráneos
de las almas solitarias.

Quieren hablarme los hechos,
me cierro en banda,
fe, extraña,
en el propio entendimiento.

Tener la necesidad
de expirar unas palabras,
acobardadas
tras mis cuerdas vocales.

martes, 12 de abril de 2011

La primavera conserva escarcha

Roza la primavera
mi cristal
y los pétalos
de mis huesos
parecen marchitos.

Sale el sol,
tomo impulso
y cruzo a nado
mi lago de hiel.

Las orugas
me comentan
que habrá miel
en la otra orilla.

Han debido engañarme,
pues aún conservo
esta dermis escarchada
del alma.

Rescoldos de un invierno,
inerte, pasivo.

Levanto la cabeza,
oigo en el horizonte
zumbar a las abejas.

Tal vez,
el viento derrumbe
la escarchada dermis
del alma.

Parece masoquismo,
pedírselo a gritos
a una zarpa,
limpia de carroña,
pura, blanca.

Que me rasguñe
el alma.

Sentir.

lunes, 11 de abril de 2011

Autodestrucción (terrestre)

Nos creaste
en pos de suicidarte.
Fabricaste tu ideación,
tu ser perfecto,
buscándote,
nos encontraste.
Sabia madre tierra,
a tientas
te inducías en las tinieblas siniestras,
tu camino.
Receptor de tu existencia,
emisor de tus lenguas,
por ordenarte, por comprenderte,
por escucharte, por tu respuesta,
diste con la cúspide,
diana en la razón,
seres inteligentes,
objeto de tu causa profunda,
entendimiento, humanos. Vinieron,
por ti,
a otorgarte compañía,
a saberte viva,
a conocerte,
a experimentarte,
a hablarte.

Pero, dime, ¿en qué fallaste?

Buscándonos entre las profundidades
de tus océanos: oro negro.
Atravesando tus recónditos parajes,
oferta, venta, demanda: dinero.
Peregrinando los caminos de
la neurona, el alma, la respuesta: religión.

La réplica de tus plegarias se cumplió,
finiquitando la infinitud de tus dudas, creando
cerebros abismales,
cuya saciedad tan sólo es impulsada por la muerte.

Oro negro, dinero, religión... guerras.
Guerras que ignoran
nuestra propia existencia,
mutua mutilación,
daños al semejante,
ignorantes,
cargamos la bomba atómica
de odio,
ignorantes,
el daño al vecino, la bomba atómica,
el estallido contra uno mismo.

Tu falta de amor propio
posa nuestro pie en tu superficie,
al igual
que matamos al amigo,
la mutua mutilación,
mera autodestrucción,
matándonos,
te emulamos.

Nos inventaste,
te condenaste,
sin comprenderte,
te suicidaste.

jueves, 31 de marzo de 2011

Constelaciones de colchón

Qué poco importa
entre la atmósfera de tu sábana.
A ti, la luna no supo iluminarte;
a mí, el sol no pudo abrasarme,
olvidando que los astros brillan
espléndidos e independientes,
olvidando que las constelaciones calientan,
energética lumbre de Zeus.
Tú, el Carro de Santiago,
yo, la Osa Mayor.
Iluminados, iluminándonos
sobre lo infinito del universo,
bajo lo limítrofe de tu colchón;
mientras la lluvia de meteoritos
electrocuta toda terminación nerviosa,
un agujero negro
absorve toda cúspide
y el padre astral
explosiona
en el satélite terrestre.

Y las brasas solares
y las sombras lunares...
¡Qué poco importan
entre la atmósfera de tu sábana!

jueves, 24 de marzo de 2011

Eso era yo

Bebiendo cerebros,
besando corazones,
fumando sueños,
acariciando ilusiones,
llegó la inspiración.

Me vaciaban las canciones,
por no traerme lo anhelado,
echaba tanto de menos
que desconocía lo añorado.

Y hurgaba,
y revolvía
y encontraba,
miraba dentro y ahí estaba,
eso era yo.

Hoy mis poemas
invaden,
de mí, cada rincón.

Tanta inquietud
y sólo era yo.

pd: una sesión de narcisismo, que ya tocaba

martes, 22 de marzo de 2011

Dos meses sin echarte de menos

El orgullo, el miedo,
la pereza, los vacíos...
Causas de nuestro distanciamiento.
Podría contarte tantas cosas...
y no, ya ves, me faltan las ganas
de masticar arrogancia
para pedirnos perdón;
¿perdón? ¿por qué?
Si de algo pequé
es de mis intentos imposibles
en que traté de llenar tus vacíos,
sí. esos agujeros negros
que otros te dejaron.
Nada hay peor que la absorvencia
del tacto esponjoso
de los abismos del alma,
nada.
A ellos se resume
la absurda inestabilidad
de la situación actual:
mientras te apaleaban,
empleé los pétalos
de mis fuerzas
para aminorar tus sangrados.
¿Para qué?
Quisiste convertirme
en máquina de lo infinito.
Sé que no eres la culpable
de pedirme todo lo que
no han sabido darte,
es tu falta de raciocinio,
impulsada por tanta batalla
a manos de los impresentables,
has de liberarte.
Te aseguro que imagino
cuán duro ha de ser,
emplear tu futuro,
tu proyecto de vida,
dirigir toda tu energía
a levantar una familia
para que hoy apenas exista;
gracias a ti aprendí
a fijar mis ojos
en diversos
puntos de mira.
Y si mi corta y escasa experiencia,
ha obviado las evidencias,
dime, ¿tú a qué esperas?

Ahora, que corren los días
en que no intercambiamos
ni una mirada, ni una palabra,
ni una caricia, ni menos una sonrisa,
sólo puedo pedirte
que te tragues
esos tiempos verbales tan hirientes
y elimimines de tu gramática visceral
la espina de doble punta
y vengas a verme
y vengas a abrazarme
con la calidez de aquellos tiempos,
con la templanza de cuando eras mi madre.

jueves, 17 de marzo de 2011

La antítesis de mí

Si quieres saber quien soy,
si dudas de lo que fui,
no te conformes con mi mirada,
traspásala, atraviésala
y verás
mi alma
despellejada, desgarrada,
descarnada y desconsolada.
Pálpito en el corazón,
venas bloqueadas,
corazas de insumisión,
desconsuelo interior.
Plurales huracanes
pueblan de lluvia
mi alrededor,
sin apenas mojarme,
lagos de secano en los ojos,
inundados de infinito,
que viene a ser lo mismo
que el vacío,
la nada.
De tanto pensar, no siento,
de tanto sentir, no pienso.
Soy, por dentro,
un resumen de la antítesis,
disociando lo banal de lo espiritual,
olvidé qué significan,
olvidé qué concepto es cada cual.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Nuevas formas

De los rescoldos, las cenizas,
bastó una sola chispa,
dinamitó el silencio de mi aparente alegría.

¡Ah!¡Cuán fuerte me creía!
Y no.

Bastó una sola chispa,
dinamita en mis ilusiones,
quebrándome, debilidad
pulmonar.
Hablaron nuestros corazones,
de nuevo, vida ennegrecida.
Otra vez el pasado agita los miedos,
otra vez lloro,
otra vez tiemblo,
otra vez os siento.

Me pregunto hasta cuándo,
hasta dónde llegan las malas treguas del destino.

Y me respondo:
apenas ya termina, todo quebró.
Tan solo
pedazos de aquello,
pedazos que reconstruír,
pedazos por unir,
pedazos que adquieren nuevas formas,
no hay pegamento
para tan sesgados sentimientos.
¿Y qué?
Aprendiendo a desaprender.

Pd: Gracias Fer, la última frase se la debo a tus lecciones desde la experiencia

Reinventemos

Vamos a desenmarañar
los hilos
que nos ataron a la pereza.

Vamos a quebrar
al viento
que sustrae de las palabras, su belleza.

Vamos a imaginar
el dolor
que va disfrazándose de alegrías.

 Vamos a soñar
al mundo
que se tinta de colores, fotografía.

Vamos a inventar
un tiempo
en que las manos hablan.

Vamos a inquietarnos
las miradas
que acarician, nos callan.

Vamos a desaprender
lo conocido;
la vida fluye, detrás el camino.

Pd: tronadísimas, mordiscos al mundo; mucho de nosotras, tal vez sea poco ¿y qué?

jueves, 10 de marzo de 2011

Corazas de hielo

Felina mirada, de acero
y parda la piel,
palpita en lo interno el aullido,
grito del alma, perra fiel.
Corazas de hielo,
por razón alzadas,
tapiaron, huidiza ánima, de fuego,
a modo iceberg.
¿Alguien lo puede ver?

Y sienten, gritan y desgarran
diástole y sístole, por dentro, cada pared.

Y se esconde,
miedosa y bloqueada,
sonríe y calla.

¡No te silencies, perra, grítales!

domingo, 6 de marzo de 2011

Corazones solitarios

Tu ira nocturna
ayudó, al fin,
a quebrar la tregua de mis lágrimas.
Te fuiste, hablé.
Pude ser capaz
de compartir mi llanto,
tal vez, buscaba un abrazo,
tal vez, por una vez, no quise ser sola
y mi realidad se sintió más sola que siempre,
un abismo invadido por cuatro silencios,
silencios que más que yo
gritaban, lloraban, desde dentro.
Me desgarré, por una vez
para hallar protección
y no, me hallé descarnada,
era inevitable,
libres de ser culpables,
su dolor, quizás,
era irrefrenable.
Pero al fin lloré
y, al callar,
miradas cómplices
compartieron el silencio.
No hubo abrazos,
no hubo palabras
mas la solidaridad
de nuestros corazones solitarios,
pudo percibirse invadiendo
el aire expirado por el silencio.

Ahora, cada uno de estos cinco,
girará sin ningún rumbo
en cada cama individual,
las almohadas absorben
tanto que callaron las almas;
yo, escribo
y el perro, nuestro perro,
lame mis mejillas de sabor a sal.

jueves, 3 de marzo de 2011

Dueles, soledad

... Y si no hay mejor compañía que tú,
nunca me abandones.

Dueles, cuando el silencio se clava,
como astilla en la neurona,
recordando el calor de unas manos,
el palpitar de mi ombligo,
las noches al desnudo, los susurros.

Dueles, cuando todos marchan
y tus reproches invaden mi tímpano
y los segundos corren
y sigues conmigo.

Dueles, al despedirme de mi amante,
con los ojos en el presente
y un abismo en el mañana.

Dueles, porque aprendiste a desnudarme,
y sabes bien cómo hablarme, qué contarnos.

Dueles, porque no concibo los amores
cuando quieren robarte, a ti, que siempre
estuviste conmigo, sentí tu peso en cada almohada,
y aquel calor de tu cuerpo, me helaba.

Dueles, porque aprendí a concebir el amor,
exento de dependencias;
llibertad, contigo, independencia.

Dueles, más quédate, quédate
y no me dejes, soledad,
regálame cada amanecer tus silencios
y si no quiero
y si no me quieren, no hay miedo, estarás tú,
quédate siempre, no me dejes.

... Y si no hay mejor compañía que tú,
nunca me abandones.

lunes, 28 de febrero de 2011

En nombre de "su Señor"

Rompen, en nombre de "su Señor",
las venas de la inocencia.
En su casa sagrada,
promueven la moral,
cohíben la blasfemia,
transforman los placeres en pecados,
claman la bondad, la paz,
la esperanza...
Mientras, sus corderos feligreses,
creen sus voces, escuchan
con los sentidos en estado inconsciente,
tapiados, bloqueados,
atención exclusiva para
el embuste sacerdotal,
depositando, a su vez, buena parte
de sus ingresos, cada domingo
en los cepillos
extendidos por los pueriles monaguillos.

Cesto de la castidad lleno y,
tras las santas figuras,
el falo de la falacia
rompe, en nombre de "su Señor",
la vena de la inocencia
al pueril monaguillo.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Transformando las rutinas

La rutina
se limita a una suma de momentos
banales y efímeros,
momentos
que producen sentimientos
de vacío, superficie. Por contra,
cada momento se compone
de ingentes partículas:
cada voz, cada mirada,
cada sonrisa, cada gesto,
cada olor, cada detalle...
partículas,
disociadas por la eternidad
de nuestra mente
que transforman cada instante
en un vuelo íntimo,
transformando
la banalidad de lo efímero
en la intensidad de lo infinito,
navegar por parajes cerebrales
hasta alcanzar rincones recónditos,
contemplando la inmensa profundidad
del alma.
Mientras la inercia fluye,
esos momentos, sus partículas,
nuestra mente y su alma,
ejercen introspecciones
que vagan por lo perenne
de nuestro cuerpo caduco.


Pd: modos de transformar el plastante tedio de todos en las maravillas de cada uno.

domingo, 20 de febrero de 2011

Llanto interno

Hay días de tamaña lucidez
y
días de disyuntiva abstracción.
Los unos, aleccionan,
los otros, como hoy, son introspección.

Dicen que lo que no fue en lágrimas,
fue en suspiros,
mi almohada apenas mojada,
pero el suspiro, ahoga.
No puedo hablar y contarlo,
el dolor por el mundo es ingente.

Los daños por
la gerra, el hambre,
el llanto, la lapidación,
el maltrato, la violación,
el asesinato, lo ausente.

La impotencia de verlo,
callada y con puños cerrados,
el suspiro
¿qué elijo?
¿ser alguien y paliar
la injusticia con meros parches?
¿o quedarme cuidando a los míos?

Dudas de esta introspección,
escozor por lo ajeno,
llanto interno,
finalmente, simple silencio.

Y me quedo sola, para comprenderlo
y me dejan sola, al no entenderlo
nadie puede escuchar
el pálpito desangrado de mi corazón
al rojo,
llanto interno.

Infinita sonrisa,
contagiando alegría,
aunque por dentro, llore,
llanto interno.

Porque el egoísmo humano
olvida el sufrimiento ajeno,
llanto interno.

Buscando la unión,
la cooperación, la lucha,
la comprensión
y sólo encuentro llanto interno.

Por...

Por la paz que trae la montaña, hablo.

Por no haber aprendido a hablar, lloro.

Por no saber llorar, suspiro.

Por ahogarme al suspirar, escribo.

Valle Alegría

Vengo al coto,
a contemplaros
aquí donde el humano
descarga su rabia y su odio,
penetrando vuestra inocencia,
menospreciando vuestra belleza.

Apacigua el graznido
la tempestad de esta sierra,
derrite el corzo
la palidez más gélida,
y el pez se zambulle
bajo las aguas frías, como muertas.

Vivís, ignorantes,
entre la paz y la libertad
del valle Alegría
y viene el arma del homo-sapiens
y se os lleva como trofeo, ya inertes
y lo llaman sabiduría.

En la Sierra de Guadarrama

El gélido aliento
de la soledad
escarchó mi nuca a la noche
y me embriaga,
soledad buscada.

Cuatro paredes hurañas,
hojas de papel,
Miguel Hernández, Asimov,
Plauto y Richard Bach impresos,
películas de ciencia ficción
guitarras y voz entonadas de rock and roll,
mis fuentes de inspiración,
Sierra de Guadarrama,
una vez más,
mi soledad y yo.

Y dicen
"niña rara, ¿qué te ocurre
que sólo sabes ser cuando eres sola?",

"niña loca, ¿qué te ocurre,
siempre en tu inopia?"

Y digo
"Y a ustedes, señores,
¿qué les importa?
¿acaso les cuestiono
sobre su empleo del tiempo?
¡qué tormento!"

"señores, estaba pensando,
estaba escribiendo,
regalándome horas
y ustedes, señores,
me tachan de loca."

África, alza tu frente

Sangras en el sur.
Destruída en manos cruentas,
devastada por las guerras,
invadida por el hambre,
víctima de venéreas.

Quieres alzar tu frente,
y un Occidente despiadado hunde
sus metas
entre tu costillar desnutrido.

Tienes la fuerza, el valor, la valentía,
la inquietud del avance,
la sensibilidad sufrida,
realmente quieres gritar,
dar un paso hacia delante,
pisar a quien te destruye
mas no tienes el pan,
desvanecen tus ideales,
tan sólo puedes soñar, pensar
en un bocado,
apaciguar tu sed y paliar tu hambre,
tan dolida,
tan escasa en energías
que las lágrimas ni mojan tu semblante.

Cada centímetro de tu piel,
escuece;
cada tono de tu voz,
callado;
cada fragancia de tu olor,
infecta;
cada gota de tus ojos,
seca;
cada sonido de tu tímpano,
sordo.

Tal es el grado de tu dolor
que a penas duele.
No lloras, no puedes.

África, sal, alza tu voz.

Conservas la más hermosa de las lunas,
madura tu grano bajo el más fúlgido sol.

Conservas la esencia humana más pura,
aún palpita en tus ojos un corazón.

Conservas la fauna salvaje enjuta,
pero colmando tu entraña de viveza y color.

África, duélenos, clama nuestra conciencia.

No te veas en la sombra,
apártate de los sinónimos de injusticia,
hiergue tu genio, alza la voz,
salva a tus niños, a tus mujeres,
dales la piedad y la fortaleza a tus hombres.

No nos cedas
más coltán,
más perca
ni más cobre,
no, amputa la mano de Occidente,
cuando te extiende sus armas,
sucias, su historia lo rebela,
no te fíes, alza la frente.

Estimula tu potencial, África,
rebélate, no estés ausente,
silencia nuestra voz sin clemencia,
lucha, lucha sin precedente,
no permitas
que la extinción sea tu fuerte.

viernes, 18 de febrero de 2011

Cristales de Bohemia

La realidad,
cristales de Bohemia,
bellos, si supiste contemplarlos,
caros, nadie suele regalarlos.
En ocasiones,
soñamos e imaginamos tanto,
que olvidamos colocarlos,
con delicadeza, en sus estantes. Rotos,
por haber sido ignorados,
y rotos, los ocultamos bajo la alfombra,
olvidando la sensibilidad real de nuestro tacto,
olvidando que la belleza rasgada, corta,
olvidando no pisarlos,
olvidando que el cristal de Bohemia roto, irreparable,
y hubo miedo a desecharlo, absurdo miedo, ¡estaba roto!,
y, ahora, sus rasguños, hacen daño.

Desechamos el cristal, al fin,
sangran, sangran las heridas más,
y corren los días,
sanan, sanan dejándonos esa cicatriz
del recuerdo de nuestros hermosos cristales de Bohemia.

jueves, 17 de febrero de 2011

Lucha individual

Del consuelo,
no es más fuerte
aquel que nunca cayó,
sino el individuo que más veces
supo levantarse.

Mi presente es un constante recuerdo
formado por las batallas que nunca perdí,
pese a la victoria del enemigo,
el triunfo verdadero y profundo
es la remontada individual.

La vida no es más
que
la voluntad y la constancia
en la lucha
personal y propia.

Perder el miedo,
es restar importancia
a nuestra caída al vacío,
pues los besos al suelo nos otorgan
el poder de aprender a erigirnos sobre él.

Brote de ideas y sueños

Del hastío,
terminan por emanar de mis pulmones
los escombros, los despojos,
restos de aquello que no fue,
sombras de aquello que no tuve,
mitos ignorados,
claveles de penunmbra
chapotean entre alquitran y nicotina,
intento de colapso venoso
putrefacción en el remate,
cuando abrir los ojos
se torna en el dolor de la inexsistencia,
transformada en sueños,
sueños que soñaron, aclamaron
una realidad que tan sólo luchó por existir.

viernes, 11 de febrero de 2011

Todo, todo, por orgullo

¡Qué bonito eras!
Te miraba desde lejos,
recorrer en bicicleta
nuestra pequeña aldea,
meneando al viento tu rubia melena.

Te miraba,
me mirabas,
subían las mareas.

Me pregunto cómo te irá,
por lo que sé, escalaste alto,
siempre fuiste un trepa,
narcisista desmesurado.

Pero, por si acaso, yo
siempre vuelvo a nuestra aldea,
me refugio bajo la luna
y nacen todas las noches
en que no dormimos juntos
e inundan las mañanas
todos los amaneceres
que no vimos, por orgullo.

Inocente fuiste
en pensar que tragaría arrogancia,
en pensar que iría a verte.

Inocentes fuimos,
lo confieso, yo de ti,
pensé lo mismo.

Choque de egos al cubo,
todo, todo, por orgullo.

Y morirme por saborear
tu miel de los panales del infierno,
eres hijo de Satán.
¡Pero qué calor en el momento!
¡Qué dulce el fuego de tu averno!


Y morirnos, ya ves,
todo, todo por mero orgullo,
por mero orgullo negarme
a que mi néctar sea tuyo.

Y condenados de por vida
a cruzar nuestras miradas azules
en el camino de arena,
que conduce a aquella fuente,
testigo único de nuestras
horas de charla adolescente
y, en sus aguas,
nuestras manos reflejadas
no se entrelazan,
nunca se entrelazaban.

Choque de egos al cubo
todo, todo, por orgullo.

Y mirarnos con los años,
como rosas, marchitando
perdiendo los pétalos,
las espinas conservando.

Y absurdos preguntarnos
¿qué hubiera pasado si...?

Hijo de Belcebú,
fuego que prende en el infierno,
yo vuelo en cielo azul.

Se cegarán, por no encontrarse
nuestros ojos de cián,
choque de egos al cubo,
todo, todo, por orgullo.

El romanticismo
en su estado más puro,
amores imposibles,
todo, todo, por orgullo.

Mares de nuestros ojos,
invadiendo nuestra aldea,
témpanos de hielo, mientras.

Todo, todo, por orgullo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Vuelves. Gracias

Vuelves, hablas,
lloras, ríes,
sudas, mientes.

Vuelves y conviertes
los más prútridos escombros
en
el más límpido optimismo.

Vuelves, sales,
vomitas, tragas,
piensas, sientes.

Vuelves y te cuento
todo mi pánico a hablar,
a sentirme incomprendida
y me ayudas a entender
todo aquello que no sé ni yo misma.

E irónicamente, aquí estás tú,
tras el dolor que me dejaste con tu huída,
resurgiendo desde el rincón
más profundo,
más oscuro,
más sucio,
más obtuso,
más nítido,
más sincero,
más directo
en que indirectamente te hallabas,
allá,
entre los recovecos de mi alma.

Y vuelves
y les cuentas a todos
y sin hablarles de nada
la omnipotencia de tu ser,
cuántas cosas, cuántas te guardas.

¿Cómo? Dime, ¿cómo?
¿Cómo saldamos nuestra deuda?
¿Cómo te devuelvo tanto que te debo?

Por volver,
por escuchar mi voz callada,
por tragar mi dolor y convertirlo en parrafadas,
por conocer todos los secretos
existentes entrelíneas de mis versos,
por trastonar el odio en entendimiento.

¿Cómo? Dime, ¿cómo?
Que aún dejándome, lo serás todo,
mi miedo a encerrarme en ti,
la pura felicidad de poseerte,
mi musa, mi ruina,
mi aislamiento, mi libertad,
mi conocimiento, mi dolor,
mi guerra, mi paz,
mi delirio, mi sueño.

Te lo daré
del único modo que sé:
GRACIAS, POESÍA.

lunes, 7 de febrero de 2011

Asúmelo y déjame

Esta yegua saturó sus alforjas,
cargándolas de pesos morales
y
responsabilidades no correspondidas. Si
alguna era olvidada en el sendero,
ya te encargabas tú de encasquetármela de nuevo.

Tal fue el peso de la alpaca,
tal el dolor en su espinazo,
que esta yegua, ya deslomada, desplomó;
y, en su posterior remontada, pensó
que viviría mejor
alejada de la granja en que se crió.

A ti, estanciera, te sentó como una patada,
querías conservar a tu yegua, siempre,
bajo el ala.

Me educaste para ser independiente,
me enseñaste a rechazar
el egoísmo y el chantaje afectivo,
a galopar firmemente
y hoy me reprochas mi actuación
que meramente, se ciñe a tu instrucción.

Te comento,
también yo soy idealista,
mas soy consciente de ello,
por eso sé que otras personas
no son las culpables
cuando no realizo mis sueños.
También yo soy humana,
es por ello que no puedo ser
esa extraña aleación
que tus ilusiones piden.
Mastiqué y tragué toda la impulsividad
que consigo trae la adolescencia,
evitandoos así otro disgusto
y, no conforme con ello,
pretendes que siga
regando tus arbustos.

Te digo y te pido:
Hace algún tiempo,
dejé de ser tu pequeña
y, te aseguro que jamás
seré tu mayor. Más
si ayer me exigiste que creciera,
no pretendas ahora que retroceda.

He crecido, asúmelo;
soy independiente, asúmelo;
elijo mi camino, asúmelo;
no cargaré con tu dolor, asúmelo;
no volveré al nido, asúmelo;
soy feliz desde que me fui, asúmelo.

Asúmelo y déjame.

Déjame ir,
déjame vivir,
déjame ser,
déjame estar,
déjame ser yo,
déjame en paz, por favor.

Basta de tus exigencias,
ya asumí responsabilidades
cuando fue preciso y
ahora, sola, continuaré mi camino.

Tal vez, mañana viva entre cartones
o quizás cumpla mis ilusiones,
eso sí, una cosa te prometo,
para conmigo, te eximo de obligaciones.

También mi fortaleza,
en ocasiones, se torna en tristeza,
y tú ya ni tan siquiera escuhas mis penas.

No podré soportarte
si terminas por convertirte
en todo lo que siempre odiaste.

domingo, 6 de febrero de 2011

Sólo con caricias de fuego

Hay fantasmas que se creen capaces
de descifrar mis versos,
descuartizando mis palabras,
desnudándome mejor
de lo que yo jamás podría hacerlo.

Inocentes ellos.

Aquel quería domar a esta fiera,
evocar a su ser más interno
y así despertar
ciertas pasiones gélidas
y abismalmente aletargadas,
clavando en las entrañas
sus, cuidadosamente, talladas flechas,
arañando en el alma,
con sus, sutil y profundamente, afiladas garras;
más el hielo,
ese corazón congelado de la bestia,
aquel iceberg nacido en su pecho,
tan sólo se derretía con fuego,
con la cálida caricia
ejercida por el sol
sobre el cráter lunar
en las noches de invierno. Y es que
aquel carámbano amurallado
es tan sólido y acendrado
que las flechas y las garras
se debilitan en derribarlo.

...Y de ser al contrario,
sería el secreto mejor guardado.

lunes, 31 de enero de 2011

Grises y sombríos

Bajo el cielo vespertino,
gotas de lluvia
resbalan sobre mis carrillos,
o, tal vez,
fueran unas lágrimas furtivas,
de origen desconocido. Siento
una fuerte presión
en el pecho,
una extraña compresión
en el estómago,
tristeza e impotencia. Últimamente,
numerosos entes se escapan
a mi entendimiento,
múltiples ideas fluyen,
sin rumbo fijo, terminando
por colmarme en frustración. Ignoro
qué me sucede,
quizás sólo esté magnificando
irrelevancias,
sin embargo, reclamo
luz y color
para estas grises y sombrías abstracciones,
sinónimas de nada.

miércoles, 26 de enero de 2011

Ideales en vano

Indigna por ineptitud,
querer y no poder,
sólidos ideales en el psique,
a buen recaudo se conservan,
descolocados, atormentando,
llueven,
como indómitas tormentas de verano, llueven
y continúan
en su desasosiego,
invadiendo
mis ramificaciones cerebrales,
tan falsos, tan flojos,
tan desordenados, tan callados,
tan llenos de nada, al fin y al cabo;
disfrazados de ímpetu,
los muy cobardes y no salen a la luz;
manipulando la química,
bajo la incautividad de la ignorancia sobre leyes físicas.
Encharcaron mis neuronas,
pero mi voluntad prosigue matándome de sed.

sábado, 15 de enero de 2011

Agradecida con la vida

Sentirme tan viva,
se convirtió, al fin,
en una promesa cumplida.

Mi sombra,
es hoy mi mejor amiga.

Mi gente,
me acaricia entre sonrisas.

Mi familia,
aunque complicada, se encamina.

Me expandiré en contaros
las andanzas que me surcaron,
a través de todas las personas
que mis vacíos llenaron.

Tengo millones de motivos
por los que estar agradecida;
en primer lugar, a mí misma,
por no saber naufragar,
convertí las tempestades
en brisas de la mar.

Seguiré con mis creadores:
A mi madre,
por enseñarme a ser fuerte, a valorarme,
a desenredar todos los alambres,
a saber extraer la miel de todos los enjambres.
A mi padre,
por depositar esperanzas en mí,
por exigirme, por imponerme
y hacerme creer
que el sufrimiento
no es un motivo suficiente para caer.

A mis hermanos,
de ellos aprendí a soñar,
me inculcaron la ilusión de querer volar,
con ellos he compartido
risas, dolores, llantos,
conversaciones, cultura, calor,
experiencia, consejo y entusiasmo;
las ideaciones de un héroe,
los desvaríos del cantautor,
instantes y horas de chimenea,
preguntas que nadie llena,
inquietudes que nunca frenan.

A Etna,
un volcán en erupción,
cuya lava nos iluminó
en el momento más preciso.

A Claudia,
cuya armoniosa adolescencia
ha sabido conservar la esencia
de lo que un día fuimos.

A los Boeta-Tejera y a la yaya,
la familia extensiva que mejor nos guarda.

A los Peira-Aparicio,
aunque estemos algo distanciados.

A  todos mis perros,
por escucharme en silencio.

A la naturaleza,
por permitir que me perdiera en ella.

Y, por supuesto,
a mis amigos,
los de hoy y los de siempre:

Mención especial
a Weiris, Krais y Cheiny,
mis insustituíbles lujuriosas,
la amistad más sólida,
creada en el fervor de la adolescencia,
infinitas batallas junto a ellas,
olvidarme del teléfono
sin que me guarden rencor,
como ellas, nadie sabe quién soy yo.

Ahondando y ahuecando,
encuentro profundos agujeros
que, a su modo,
sólo completan Gaby y Christian.
En plena edad del pavo,
aprendimos los tres juntos
el verdadero valor de la amistad.
De ellos, lo que más aprecio
es su evolución,
observar catatónica ´
cómo su mente, para bien,
se transforma.
Pueden pasar meses sin vernos,
a penas sin llamarnos,
pero siempre me tuvieron a su lado.
Él es mi orgullo,
ella es mi esperanza.

A Fabio, Rocío y las Paulas,
amistades que me acompañan
desde la más tierna infancia.

A Hagrid y a Nezo,
los dos locos más tiernos.

A David,
mi puente hacia la independencia.

A Inés,
la flor que esconde ingentes cantidades
de néctar en su corola.

A Amparol,
la figura que me enseñó
lo que son la paz y el amor.

A Ody,
en su desparrame,
es perseverante en conservarme.

A Laura,
que manda a misa mis palabras.

A Lorena,
que deposita en mí su confianza.

A Sharona,
que el apoyo mutuo,
ha solidificado nuestros ideales.

Al Murcia,
en la lejanía,
me conectó a la desconexión.

A las chicas de la universidad,
una hoguera encencida en el presente,
cuyo fuego transparente,
me enseñó a confiar, más que nunca, en la gente.

Al grupazo de Cantoblanco,
que me ha demostrado
la inexsistencia de obstáculos capaces
de desatar sus fuertes lazos.

(...)

No me olvido de los maestros de la vida,
cuyas enseñanzas se marcaron a fuego
en mi retentiva.

Seré agradecida, inclusive,
con quienes me hicieron daño,
caídas que me ayudaron a ser fuerte,
a saber que no tengo nada que perdonarme,
siempre fui un océano en calma y abierto,
quien no supo navegar,
amarrado está en su puerto.
Por comprenderos, de rencores carezco,
como persona crezco,
los aficionados a daños gratuítos,
muestran el fruto putrefacto de sus adentros.

Réquiem en memoria de los que ya no están,
consigo se llevaron mis lágrimas,
aflorando el recuerdo de aquello que jamás volverá.
(A mis abuelos)

Este es mi ancho sendero,
camino por él, despacio,
diviso, delante, su largo recorrido;
mi guía:
la libertad de estar junto a los ya mentados,
mi motivo:
saber conservarlos,
mi meta:
que vivir siga valiendo más que cualquier quebranto.