jueves, 31 de marzo de 2011

Constelaciones de colchón

Qué poco importa
entre la atmósfera de tu sábana.
A ti, la luna no supo iluminarte;
a mí, el sol no pudo abrasarme,
olvidando que los astros brillan
espléndidos e independientes,
olvidando que las constelaciones calientan,
energética lumbre de Zeus.
Tú, el Carro de Santiago,
yo, la Osa Mayor.
Iluminados, iluminándonos
sobre lo infinito del universo,
bajo lo limítrofe de tu colchón;
mientras la lluvia de meteoritos
electrocuta toda terminación nerviosa,
un agujero negro
absorve toda cúspide
y el padre astral
explosiona
en el satélite terrestre.

Y las brasas solares
y las sombras lunares...
¡Qué poco importan
entre la atmósfera de tu sábana!

jueves, 24 de marzo de 2011

Eso era yo

Bebiendo cerebros,
besando corazones,
fumando sueños,
acariciando ilusiones,
llegó la inspiración.

Me vaciaban las canciones,
por no traerme lo anhelado,
echaba tanto de menos
que desconocía lo añorado.

Y hurgaba,
y revolvía
y encontraba,
miraba dentro y ahí estaba,
eso era yo.

Hoy mis poemas
invaden,
de mí, cada rincón.

Tanta inquietud
y sólo era yo.

pd: una sesión de narcisismo, que ya tocaba

martes, 22 de marzo de 2011

Dos meses sin echarte de menos

El orgullo, el miedo,
la pereza, los vacíos...
Causas de nuestro distanciamiento.
Podría contarte tantas cosas...
y no, ya ves, me faltan las ganas
de masticar arrogancia
para pedirnos perdón;
¿perdón? ¿por qué?
Si de algo pequé
es de mis intentos imposibles
en que traté de llenar tus vacíos,
sí. esos agujeros negros
que otros te dejaron.
Nada hay peor que la absorvencia
del tacto esponjoso
de los abismos del alma,
nada.
A ellos se resume
la absurda inestabilidad
de la situación actual:
mientras te apaleaban,
empleé los pétalos
de mis fuerzas
para aminorar tus sangrados.
¿Para qué?
Quisiste convertirme
en máquina de lo infinito.
Sé que no eres la culpable
de pedirme todo lo que
no han sabido darte,
es tu falta de raciocinio,
impulsada por tanta batalla
a manos de los impresentables,
has de liberarte.
Te aseguro que imagino
cuán duro ha de ser,
emplear tu futuro,
tu proyecto de vida,
dirigir toda tu energía
a levantar una familia
para que hoy apenas exista;
gracias a ti aprendí
a fijar mis ojos
en diversos
puntos de mira.
Y si mi corta y escasa experiencia,
ha obviado las evidencias,
dime, ¿tú a qué esperas?

Ahora, que corren los días
en que no intercambiamos
ni una mirada, ni una palabra,
ni una caricia, ni menos una sonrisa,
sólo puedo pedirte
que te tragues
esos tiempos verbales tan hirientes
y elimimines de tu gramática visceral
la espina de doble punta
y vengas a verme
y vengas a abrazarme
con la calidez de aquellos tiempos,
con la templanza de cuando eras mi madre.

jueves, 17 de marzo de 2011

La antítesis de mí

Si quieres saber quien soy,
si dudas de lo que fui,
no te conformes con mi mirada,
traspásala, atraviésala
y verás
mi alma
despellejada, desgarrada,
descarnada y desconsolada.
Pálpito en el corazón,
venas bloqueadas,
corazas de insumisión,
desconsuelo interior.
Plurales huracanes
pueblan de lluvia
mi alrededor,
sin apenas mojarme,
lagos de secano en los ojos,
inundados de infinito,
que viene a ser lo mismo
que el vacío,
la nada.
De tanto pensar, no siento,
de tanto sentir, no pienso.
Soy, por dentro,
un resumen de la antítesis,
disociando lo banal de lo espiritual,
olvidé qué significan,
olvidé qué concepto es cada cual.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Nuevas formas

De los rescoldos, las cenizas,
bastó una sola chispa,
dinamitó el silencio de mi aparente alegría.

¡Ah!¡Cuán fuerte me creía!
Y no.

Bastó una sola chispa,
dinamita en mis ilusiones,
quebrándome, debilidad
pulmonar.
Hablaron nuestros corazones,
de nuevo, vida ennegrecida.
Otra vez el pasado agita los miedos,
otra vez lloro,
otra vez tiemblo,
otra vez os siento.

Me pregunto hasta cuándo,
hasta dónde llegan las malas treguas del destino.

Y me respondo:
apenas ya termina, todo quebró.
Tan solo
pedazos de aquello,
pedazos que reconstruír,
pedazos por unir,
pedazos que adquieren nuevas formas,
no hay pegamento
para tan sesgados sentimientos.
¿Y qué?
Aprendiendo a desaprender.

Pd: Gracias Fer, la última frase se la debo a tus lecciones desde la experiencia

Reinventemos

Vamos a desenmarañar
los hilos
que nos ataron a la pereza.

Vamos a quebrar
al viento
que sustrae de las palabras, su belleza.

Vamos a imaginar
el dolor
que va disfrazándose de alegrías.

 Vamos a soñar
al mundo
que se tinta de colores, fotografía.

Vamos a inventar
un tiempo
en que las manos hablan.

Vamos a inquietarnos
las miradas
que acarician, nos callan.

Vamos a desaprender
lo conocido;
la vida fluye, detrás el camino.

Pd: tronadísimas, mordiscos al mundo; mucho de nosotras, tal vez sea poco ¿y qué?

jueves, 10 de marzo de 2011

Corazas de hielo

Felina mirada, de acero
y parda la piel,
palpita en lo interno el aullido,
grito del alma, perra fiel.
Corazas de hielo,
por razón alzadas,
tapiaron, huidiza ánima, de fuego,
a modo iceberg.
¿Alguien lo puede ver?

Y sienten, gritan y desgarran
diástole y sístole, por dentro, cada pared.

Y se esconde,
miedosa y bloqueada,
sonríe y calla.

¡No te silencies, perra, grítales!

domingo, 6 de marzo de 2011

Corazones solitarios

Tu ira nocturna
ayudó, al fin,
a quebrar la tregua de mis lágrimas.
Te fuiste, hablé.
Pude ser capaz
de compartir mi llanto,
tal vez, buscaba un abrazo,
tal vez, por una vez, no quise ser sola
y mi realidad se sintió más sola que siempre,
un abismo invadido por cuatro silencios,
silencios que más que yo
gritaban, lloraban, desde dentro.
Me desgarré, por una vez
para hallar protección
y no, me hallé descarnada,
era inevitable,
libres de ser culpables,
su dolor, quizás,
era irrefrenable.
Pero al fin lloré
y, al callar,
miradas cómplices
compartieron el silencio.
No hubo abrazos,
no hubo palabras
mas la solidaridad
de nuestros corazones solitarios,
pudo percibirse invadiendo
el aire expirado por el silencio.

Ahora, cada uno de estos cinco,
girará sin ningún rumbo
en cada cama individual,
las almohadas absorben
tanto que callaron las almas;
yo, escribo
y el perro, nuestro perro,
lame mis mejillas de sabor a sal.

jueves, 3 de marzo de 2011

Dueles, soledad

... Y si no hay mejor compañía que tú,
nunca me abandones.

Dueles, cuando el silencio se clava,
como astilla en la neurona,
recordando el calor de unas manos,
el palpitar de mi ombligo,
las noches al desnudo, los susurros.

Dueles, cuando todos marchan
y tus reproches invaden mi tímpano
y los segundos corren
y sigues conmigo.

Dueles, al despedirme de mi amante,
con los ojos en el presente
y un abismo en el mañana.

Dueles, porque aprendiste a desnudarme,
y sabes bien cómo hablarme, qué contarnos.

Dueles, porque no concibo los amores
cuando quieren robarte, a ti, que siempre
estuviste conmigo, sentí tu peso en cada almohada,
y aquel calor de tu cuerpo, me helaba.

Dueles, porque aprendí a concebir el amor,
exento de dependencias;
llibertad, contigo, independencia.

Dueles, más quédate, quédate
y no me dejes, soledad,
regálame cada amanecer tus silencios
y si no quiero
y si no me quieren, no hay miedo, estarás tú,
quédate siempre, no me dejes.

... Y si no hay mejor compañía que tú,
nunca me abandones.