miércoles, 24 de noviembre de 2010

El pequeño paraíso

Existe un lugar,
oculto tras las montañas,
donde el viento se lleva
las malas palabras.

Hay un paraíso,
camuflado entre pinos,
cuyas corrientes de río,
vienen cargadas de optimismo.

Conozco un rincón alejado,
donde toda mente se dispone a soñar,
donde no llega luz de farolas,
donde la luna regala energía,
donde el sol ilumina.

Su abandono,
jamás te abandona,
los matorrales abrigan,
el cielo es más azul
de lo que nuestros ojos imaginan.

Sobran las cervezas,
pues la naturaleza
trae fuerzas
para derribar gruesos muros,
en la conciencia.

Internet se conecta
en los hormigueros,
el único móvil es
el vuelo del águila,
las únicas antenas,
las portan las mariposas;
los escorpiones atacan
a tus angustias,
las arañas cargan,
en cada una de sus patas,
una sonrisa.

En verano, un suspiro,
y el alma en armonía;
en otoño, el chopo rojo,
te invita a tazas de café,
junto a calor de chimenea,
que flambea despojos;
el frío invierno congela los llantos;
en primavera, la flor del almendro,
va madurando,
coloreando de blanco,
al corazón templado.

Tan sólo se escuchan
los susurros del aire,
el cantar de los pájaros,
el amanecer del gallo.
Flora y fauna
de toda especie,
embellecen,
contagiando en positivo,
a cualquiera que se preste.

Cada una de sus cascadas,
trae cargadas millones de gotas,
en que vienen las musas, sembradas.
Los ladridos del perro,
aullan cientos de versos.
Sus bosques hospitalarios,
de cuento,
recogen mágicas piedras,
(se comenta que a la mala gente,
la hechizan a buena).
La tierra se olvida de tus lamentos,
las fuentes se beben tu pasado y los tormentos.
Sus senderos conducen al mar de la alegría,
y, sus escasos paisanos, no conocen la prisa.

Las cimas de sus montañas,
se guardan los malos recuerdos,
y, en el valle, se detiene el tiempo.

Es el rincón cuyos visitantes,
con vista al horizonte,
divisan, sin miedo,
del color de sus sueños,
toda una vida.

Es una tortura volver,
a la realidad de la ciudad,
cuyos segundos, se limitan
a derramar velocidad.

Volveremos a escaparnos,
cuando el tiempo haga un hueco,
a fumarnos la luna,
a cumplir nuestros sueños.

Dejadme que vuele, o me estrelle

Aterriza en mi cara una estrella
fugaz,
esta no era como las demás,
era de aquellas que no cumplen sueños,
a la inversa, en mi pecho,
abren abismos de realidad,
entre ellos, encuentro mi corazón,
cual verde y amarga almendra,
aferrada a su tallo,
apunto de madurar.

Permitidme que me encierre,
al nombrar, en mi presencia,
una guerra,
un alma de colores,
no entiende de reproches,
se agujerea.

No me reclaméis más responsabilidad moral
de la que, hoy, estoy dispuesta a dar,
apelad conmigo a mis briznas de egoísmo,
colaborad para que continúe mi camino.

No soy dada,
cuando no se me reclama,
a entrometerme en la vida de los demás,
dejad que aterrice, o que me estrelle,
agradezco enormemente
vuestro interés y consejo,
pero, ayer, he descubierto,
que en soledad encuentro mi sendero.
No vengáis sin ser llamados,
no quiero más enfrentamientos,
que se me enturbia el pensamiento
y no escupo más que tormentos.

Cuando se trate de comentar
sobre mi vida,
sólo pido
apoyo y sonrisas,
que, para tropiezos,
ya encontraré el momento
y podréis daos la razón,
pero sólo su llegada,
esporádica y no premeditada,
harán que mi almendra
madure y caiga.

En cuanto a mi conciencia,
dejadla al vuelo,
ya he aprendido solita
a sacar las castañas del fuego.

Camino por la vida solitaria,
en rutas paralelas a las vuestras,
procurando no hacer daño,
huyendo de todo aquello,
que me impide alzar mi vuelo.
Quiero seguir a vuestro lado,
no cohibáis mi libertad.

Autorizadme a colocar,
con sosiego,
los estantes de la realidad,
sin prisas, ni agobios,
por más que os desespere
mi modo de actuar,
aunque no nos guste
lo que venga detrás;
en el futuro,
siempre habrá tiempo de pensar.

martes, 23 de noviembre de 2010

El regalo de un gran amigo

la profundidad de tus palabras
claras como cualaflorado jardin
que el sol ilumina,marina

en tu corazon un jazmin
de aroma embriagador
y su fulgor fascina.

Sin temor os digo,marina
alcanzasteis mi pecho
hiciste diana ,marina
pues ahora puedo reir
y llorar contigo,
sin temor a sentir
por ultima vez tu abrigo.

Amistad maldita que me llleva
por ese sendero
grito de alegria y amor
con desespero.
Por las ganas de ti marina
que saciadas nunca estan.

Este aqui se inclina
ante tan excelentisima dama
y pienso aveces
que mi presencia os contamina
marina,tu pureza a mi lado
me parece un pecado.

Soy el fruto del kaos
y vos el fruto de los lagos
con valles verdes, vivos
con sus reflejos como espejos
sobre las aguas cristalinas,
soy afortunadode veras
por que la vida hacia ti
me corriera las cortinas
estragos cause en vuestras vidas
se mas que de sobra que estan disculpadas,
no soy un chico de cuento de hadas
y a mi lado tengo a reinas y princesas.

Aprendi de todo y ahora las sorpresas
entonces anelaba las suststancias y fiestas
ahora añoro vuestras risas .
Sincerándome con mi ser profundo
encontré el tuyo,marina.
Aqui no estas no puedo tocarte
pero te intuyo,sientote
en mi alma como arte....
Que plasma el sentimiento
de un nuevo amanecer
en el desierto.

Te quiero te amo
me despierto y reclamo
tu amistad con el corazon abierto,
con total libertad.
Somos dos
uno para todos...

Fdo: Christian Díaz Ares
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Mil gracias, amigo del alma!

lunes, 22 de noviembre de 2010

Objetiva frialdad

Regresar una y otra vez
a aquel río,
arrojar todo aquello que,
en mi conciencia
o
en mi memoria
tiene un peso mayor al de una pluma
y, en un instante,
mis mejores versos,
mis dolores más agudos,
mis magnánimos secretos
o
mis inconfesables pecados,
comiencen a difuminarse
en la memoria hidráulica,
y, mañana,
tan sólo adopten la confusa forma
de un pedacito del pasado,
tortuoso en espacio y tiempo,
que tan sólo me convierte en la humana de hoy,
reflexionar, sentir en mi pecho el gélido latido
desbrozándome los ventrículos...

Y es que,
¿qué hacer con esta
frialdad objetiva
que aparece envalentonada
esporádicamente?

¿Qué hacer con ella,
que me perjudica y
me beneficia y me salva?

Es salubre dejar el pasado atrás,
pero,
¿lo es en la misma medida,
hacerlo de un modo tan tajante?

sábado, 20 de noviembre de 2010

Otro modo de vivir

Suspendida en el aire
me hallo,
en deuda con la luna,
la mejor de mis musas;
quemada con el sol,
que me sustrae la ilusión;
reclusa de los besos que me robaron,
mis secretos pecados;
intimidada por una mirada
extrema, infinita, pasajera;
cautivada por los hechizos
de palabras que el viento se lleva,
obsesionada con en ese néctar,
que me trajeron las abejas;
hipnotizada por los encantos
de la madre naturaleza;
mártir de mi sonrisa eterna.

No hay mayor paraíso
que aquel que edifica mi musa,
aunque me encierre en esta celda
de poesía difusa.

Sumergida en este,
mi mundo de irrealidades,
fugitiva de un castillo encantado,
que me abstrae de las verdades.
Soy una presa de mis obligaciones,
soy libre de elegir mis pasiones
y sentimientos,
aunque, en ocasiones,
me supongan el tormento.
Me sobran las palabras,
cuando unos ojos me hablan,
me embriaga este calor,
pero hoy, sólo hoy,
quiero dármelo yo.
No voy a rechazar
ni sonrisas, ni miradas,
pero ahora,
sólo quiero estar sola,
con la almohada.
No quiero a nadie, robándome la paz,
quiero escucharme, sin importarme lo demás.
Fue un placer encontrarme de nuevo,
pero no alcanzo el nirvana si no me pierdo.

No hay mayor paraíso
que aquel que edifican mis musas,
aunque me encierre en esta celda
de poesías difusas.

No te asustes al encontrarme
en mi rincón solitario,
con los huesos escuálidos,
vomitando versos cálidos,
sobre los papeles pálidos.
Me disocio, hoy, de la vida terrenal,
me dirijo, hoy, a mi mundo espiritual,
es sólo otro modo de vivir,
volar y ser feliz,
dolor interior autoinflingido,
negligencia contra mí,
otro modo de sentir,
arañarme yo solita las entrañas,
¿te extraña?
es un modo de escribir,
hacerme daño
y que mi corazón de hielo
se derrita con el fuego,
aprendiendo a latir,
saberme viva.
Crucificarme,
desangrarme
y que me salga el mejor verso,
no morder, ni despreciar
a los que más quiero:
Me encierro.

Desidia otoñal

Han volado las hojas de los árboles,
¿qué más dá?
el cobijo de sus sombras es hoy prescindible,
porque este sol
es inepto de calentarme el corazón.
Inmensas ojeras
pueblan las cuencas de mis ojos,
desconozco la razón, desidia otoñal,
sólo me impulsa a dormir y a soñar.
Diversas voces van nublando mis sentidos,
numerosas corrientes me conducen por siniestros ríos;
entre las nubes, escapan rayitos de luna,
energía insuficiente, me atrapan mis dudas,
¿las resuelvo?
no, las evado, me revuelvo.
En mi mesa, libros, apuntes y demás
¿qué más da?
incapacidad de concentración,
desidia otoñal.
Sólo me atrapan las sábanas
de cualquier cama,
estímulos externos,
numerosas corrientes,
y todos me quieren apresar,
¿qué más da?
yo sólo me dejo llevar.
Quiero oír,quiero oler,
quiero mirar, quiero morder,
quiero tocar
... sentir,
pero soy incapaz,
desidia otoñal.

¿Qué importará?
Hoy sólo me preocupa
que las musas
no me abandonen más.
Desidia otoñal.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Isabel... mi otra heroína cotidiana

Aún hoy, resuena
una melodía
cada vez que alguien
pronuncia tu nombre:
Isabel...

Cuanto más pasa el tiempo,
mejor te recuerdo,
y tu sonrisa
y tus ojos indescriptibles,
van marcándose intensamente
en mi retentiva,
sin embargo,
no puedo rememorarte
con nostalgia,
tan sólo
viva,
alegre
y cantarina...

Te reproduzco preparando
café para todos
en las mañanas,
mientras cantabas:
"Y en sus ojos la
fiebre brillaba"
elevando tu voz,
al menos tres tonos,
y todos los presentes,
reían a carcajadas;
o cuando tratabas
de disimular una ventosidad
con un
"¡uy! se me ha descosido
el vestido";
nadie había
con más gracia
para la vida,
avivabas con arte
toda hoguera
medio encendida,
escribías anécdotas
tronchantes,
escondías, escritas,
en viejos
cuadernos las filosofías
que más ensalzaban
tus alegrías
y tu adorable capacidad
de rendir homenaje
sólo a lo bueno,
por miserable y podrido
que estuviera por dentro.

Me encanta recordarte así:
graciosa, imperfecta, cálida,
vivaz, positiva, jovial...
Y tu modo de adornar las historias
para que nunca concluyeran mal...

Todo lo que fuiste, abuela,
y el adiós que no pude darte
y el te quiero que jamás te llegó,
quería contártelo hoy,
a sabiendas que lo recibirás,
porque nadie prevalece
más vivo
que aquellos que habitan
en nuestra memoria.

Me gusta recordaros,
a ti y a mi madre,
discutiendo, jugando,
charlando y riendo
y luego pensar un rato en mí
y ver el reflejo de las dos
entre muchos de mis rincones
y convencerme
de que nunca te dije adiós
porque lo mejor de ti,
sigues siendo tú,
sigue estando en mí.

Noche otoñal

Anuncian, desidiosos,
los árboles desnudos,
la llegada del otoño,
templado.

Se apaga hoy el sol
y, la ciudad,
más despierta que nunca,
comienza su expedición...

Vagan las almas, solitarias,
buscando el regocijo
de la compasión
en un revolcón;
las parejas fornican
en bancos de parques,
evadiendo rutinas;
la tristeza
se canaliza
en desenfreno,
vicios
y los peores excesos;
las putas, sus culos,
sus clientes, sus chulos,
reyertas,
metáfora de nuestra
putrefacción,
la mejor representación;
hombres con
los güevos cargados,
mujeres infelices
buscando
el calor humano...

Noches vacías,
noches a toda prisa;
amanece, sale el sol,
todo en calma
y los mismos vacíos
en sus almas.

(Octubre 2010)

martes, 16 de noviembre de 2010

La búsqueda de las musas

Un eco tras las montañas
llega a todos los rincones del alma,
como llega sol sobre los pinos,
justo antes del alba...
¿serán ellas?

Al fondo, olor húmedo
¿será el rocío?
da lo mismo, se lo llevará
el río.
¿Y la luna llena?
¿Cuánto falta para que vuelva?
Y viene la luna, besa su cara...
¡Vaya! tampoco era la luna.
"¿A quién esperabas?"
Y no escucho nada.
¡Ah! la arena me inspira,
y la pruebo,
me revuelco.
"No, tampoco la arena
valía de nada."
¿Qué fue del fuego?
"Ya te quemaste,
lo mandaste lejos."
¿Y ahora? ¿Me tiro al mar?
"No lo intentes, te ahogarás"
"Siéntate y observa".
"Tu poesía no la impulsa
la búsqueda desenfrenada de tu musa;
es la unión de todo aquello
que tus ojos contemplan".
¡Qué golfas mis musas!
¿por qué huyen despavoridas
cuando mi cabeza más las precisa?
"¡Ah, bien!
No las busques,
vendrán solas,
cuando menos las esperas."
¿Sí?
¿Y si no vienen? ¿Las espero?
"No, tal vez no vuelvan,
tú sólo siéntate, observa,
tú sólo siente, disfruta,
entonces, quizás, como
una primavera trae fruta,
reaparezcan tus musas."

Y entonces...
Un eco tras las montañas
llega a todos los rincones del alma,
como llega sol sobre los pinos,
justo antes del alba...
¿serán ellas?

Y me agarran de las manos,
y me elevan,
hasta tocar las estrellas.

Destruyamos los mitos

Débil ser humano,
sustenta
toda su historia y supervivencia
a través de mitos (reales o imaginarios)
que, a su vez,
impiden su expansión.
Sus ídolos se extienden
por cualquier lugar del mundo,
mientras,
el hombre
se limita a edificarles pedestales,
que le roban sus días.

Ya ves, nuestros mitos creciendo
por fuera y en nuestros adentros
y, nosotros, los hombres,
perdiendo el tiempo.

Desestructura tus mitos,
sé tú
tu único rito.
Piensa en ti.
¿Cuesta? ¿Duele?
Claro que cuesta,
por supuesto que duele.

Destrúyelos.

domingo, 14 de noviembre de 2010

La pérdida de tus dones

Te dieron el don de la vida
con belleza, gracia y simpatía
tenías familia
e incluso gente que te quería...
lástima, todo aquello
lo eclipsó tu tontería.

Y, cada vez con más frecuencia,
descendías a los infiernos,
vendiendo el néctar
más caro
de entre todos los sesos muertos;
con famosos o millonarios,
te encerrabas en los baños,
cerrabas los ojos,
apagabas tus sueños.
Cada vez más flaca,
cada vez más puta,
cada vez más barata,
perdiste todas tus virtudes
creyendo dominar magnitudes.
Y cada vez menos buena
y cada vez más fea.
¿Para qué tanta belleza?
¿Para qué tantas tetas?
Ya sólo se valora, y poco,
la miel de tu entrepierna
que, tu falsa astucia, vende
por líneas blancas
que atraviesan tu calavera.
Reina insaciable,
¿acaso no lo sabes?
los ricos también pillan las venéreas,
pero tu coño ya no entiende de barreras.

Y, cada vez más fría,
creyéndote la mejor diva,
pasa efímera tu vida.
Abre los ojos y despierta, nena,
cada día estás más muerta.

Mirada a lo infinito

Mirada infinita
y, a su vez, transparente
clavada en el horizonte,
despistada,
ensimismada,
sensitiva,
pensativa,
cautivada
por la belleza
que sus ojos contemplan;
de pronto,
una voz,
le devuelve la conexión
a la realidad
y, vuelta a empezar,
a estresarse de obligaciones,
colmarse de cargas morales,
angustiosa responsabilidad
y así, abandona sus fantasías...

Y, por la noche,
sola en su paisaje,
de nuevo,
su mirada infinita
y transparente,
justo al borde de perder la conciencia,
contempla el paraíso natural,
repone las energías
que desgastó el día terrenal.
Se tumba,
desnuda en la cama,
se dispone a soñar.

Y mañana...
¡mierda!
otra vez, esa voz.
De vuelta a la realidad.

sábado, 13 de noviembre de 2010

A mi heroína cotidana

La verás, al fin,
caminando altiva
por las calles de Madrid.
Su mirada y su sonrisa
reflejan la victoria
de aquella que se siente
vencedora y no vencida.
Cuentan que su corazón de fuego
se fundió en acero,
pero lo que no entienden
es que aún siguió latiendo.

Perdiste batallas, mamá,
pero ganaste la más esencial,
la lucha contra ti misma,
el mejor galardón de toda tu vida.
Supiste bien sufrir y llorar a tiempo,
te despojaste de todo aquello
que tan sólo te servía de lamento.

Es realmene admirable
que, en tus peores momentos,
te pusieras a ti por delante,
con el único objeto de salvarte.
Ahora, los que más te queremos,
nos enorgullecemos
al seguir bajo tu calor.

¡Qué fuerte eres, mamá!
¡Cuánto te admiro!

Qué bien aprendiste las lecciones
de tus heroínas cotidianas;
siente tú también ese orgullo,
que los niños de tus ojos,
saben bien, su aprendizaje es tuyo.

Y siempre te me quejas:
"que nunca me regalas nada"
¿te parece poco, mamá?
Si todas las mañanas,
justo antes de abrir mis pestañas,
recuerdo quien soy
y te doy
mil GRACIAS.

PD: Llorarás tanto como yo
       cuando leas esto...
       Buena señal, estas lágrimas
       son el reflejo
       de que, por fin,
       se cumplen nuestros sueños.

A mi gente

¡Joder!
Con cuántas ganas
me he levantado esta mañana.
Después de múltiples reflexiones,
al fin, he llegado a conclusiones.
Hoy sé que no quiero irme un día de este mundo
sin contarles a todos los que quiero
lo muchísimo que les siento.
No, hace tiempo que
abandoné mis miedos.
Esta mañana con energía
y fuerza en mis manos
me dispongo a escribiros
lo bien que me hacéis sentir
por teneros a mi lado.

Autoorganización. Hoy es el día

Hoy he renovado mi armario
y he colocado mi cuarto.
Hoy he vaciado mi antiguo coche
de viejos trastos.
Hoy me he montado en mi nuevo vehículo
y me he dirigido al vertedero
a despojarme de los viejos trastos
y mis turbios sueños.
Hoy empiezo de cero,
mañana estudio,
mañana me centro.
Hoy voy a tu casa,
me pones música y bailo.
Hoy nada me puede,
hoy nadie me vence.
Hoy, la luna sonríe en creciente;
hoy el sol sólo luce en presente.
Hoy no salgo
que mañana me levanto.
Hoy me quedo al calor
de mis dos hermanos
y ninguno habla del pasado,
hoy está olvidado.
Sí, hoy es mi día,
hoy mis ojos brillan.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Reincorporando afectos

Es cierto,
que cuesta
asumir afectos
tras múltiples
mellas en el
corazón,
la vida es un
camino de
muy largo recorrido
y, en sus márgenes,
nacen bifurcaciones
por las que, en ocasiones,
marchan los amigos;
sin el mal de amores
no avanza tu destino
y, el tema familiar
es muy bonito
cuando vives en un
cuentecito
de hadas,
allá en tu infancia...

Pero un día creces
y, al pensar en tu vida,
la sientes efímera.
Antaño me dañaba
de nostalgia al recordar
aquellos años, sin embargo,
cuando menos lo esperaba
mís días se compartían
y se llenaban
con sonrisas de sabor a presente,
algunas eran las de siempre,
otras, sorprendentemente,
me iluminaban
de olor a novedad.
Así que, con todo
y con eso,
la vida me ha enseñado
a abandonar el pasado,
cuando este
sólo existe para el daño.
Y, aunque hoy me muestro
consciente
de que los caminos de rosas son
inexistentes,
ya no me asusta querer a mi
gente.
Bien, es cierto, que,
retardo más el establecimiento
del vínculo,
caminando con pies de plomo,
sin embargo,
más vale un rato bueno
y uno malo
que uno medio malo
y otro malo.
El nacimiento del vínculo,
con cautela,
sólo puede enriquecerte.

Sí, es mucho más valioso
aquello que nos cuesta
conseguir
y más valemos
cuantos más motivos
otorguemos
para querernos.

GRACIAS a aquellos
que emanan
tanto calor
y disfrutan de aquel
que les doy yo.

Nunca olvido
a aquellos que
quedaron atrás en
el camino,
pero también, os digo,
que jamás me retiro
de aquellos que,
cada día,
caminan conmigo.

En el mar de la alegría

¿Qué importa lo que fuiste
ayer?
¿Qué más da lo que seas
mañana?
¿Quieres saber quien soy
hoy?

Me encontrarás
allá,
donde los caminos
surcados,
forman perpendiculares de
felicidad.

Me encontrarás
allá,
donde el odio
no tiene un
lugar.

Me encontrarás
allá,
donde el cielo
sólo se viste de
libertad.

Me encontrarás
allá,
donde mis ojos
sólo saben de
los amaneceres que
vendrán.

Me encontrarás
allá,
donde el perdón
no es una mera
formalidad.

Me encontrarás
allá,
en aquel paraíso
donde mi sonrisa
no conoce el
final.

Búscame en el valle
que formó
el río de la libertad,
cuya corriente se
nutre de las penas
que ya no dolerán
y, la luna,
reflejada en la copa de los
pinos,
se bebe, cual copa de
vino,
la esencia de aquello que
fuimos.
Burlémonos del poder
de la naturaleza,
hasta el infinito,
lo justo,
para perder la cabeza.

Me encontrarás
allá,
en mi conciencia
sólo hay lugar
para colorear
los senderos de la
soledad.

¿Y tú?
¿Por qué vereda
pasearás?
Tu sonrisa me comenta
que hace tiempo
encontraste el surco,
donde las melancolías
quedan atrapadas
entre los arbustos.
Pisa fuerte
por tu senda de la felicidad
y, en el mar de la alegría,
me encontrarás.

Si vienes saldremos
a volar.

lunes, 8 de noviembre de 2010

No es un juego

Desengañémonos.
Ya no hay amor,
ni cariño,
ni ilusión...
En este juego,
nuestros sentimientos
son un tablero
sobre la mesa
y, en su izquierda,
como fichas,
nadando entre la desdicha,
nuestros corazones,
avanzando a trompicones,
y gana el número
más alto
que el azar
puso en los dados,
y, el único motivo
para querer continuar
es competir con la
persona a la que
(nos engañamos)
pretendemos amar.

¡No!
Nuestros sentimientos
no son un juego,
porque son de fuego.

¡No!
Simples fichas
no son nuestros corazones,
porque bombean pasiones.

¡No!
No quiero sacar ´
el número más alto, al azar,
en los dados.

¡No!
Las guerras no se
hacen con aquellos
a quienes amamos.

Para mí,
vivir,
no es competir,
sino compartir
y ser feliz;
no tenemos
que probarnos,
sino completarnos.

¡No!
He comprendido,
no quiero seguir jugando,
me retiro.

He ganado.

viernes, 5 de noviembre de 2010

A ti, que sólo quieres ser feliz

Enamórate todos los días,
enamórate de la vida.
Aférrate a las pequeñas cosas
que te dan sentido
para continuar en el camino.
Abre de par en par
las puertas de tu pasado,
para que se fugue o
se quede a tu lado.

Enamórate todos los días,
enamórate de la vida.
Siente lástima
de aquellos que
traten de herirte a ti,
que tintas en azul
un día gris.
Que tus miedos
no te frenen,
que te hagan´
más fuerte,
pisa profundo
y alcanzarás el fondo
infinito del universo,
cerquita de las estrellas
que cumplen tus sueños.
No te dé pánico
el dolor,
supéralo,
ámalo,
llora y siéntelo,
mañana se abrá ido
y sino, arrójalo al río.
No huyas del amor,
abrázalo
y, si tiene prisa,
déjale marchar,
lo superarás.
Vive cada momento
como si no existiera
el mañana,
no te torture
el futuro,
tal vez no lo haya.
Expresa libremente
todo lo que sientes,
compártelo,
sé solidario,
reparte tu sonrisa.
Abre bien los ojos
al mal,
combátelo, siempre,
desde el amor;
debilítalo, siempre,
desde la ignorancia.
Abraza y besa
cuando te lo requieran.

Y...
¡Enamórate todos los días!
¡Enamórate de la vida!

martes, 2 de noviembre de 2010

Mi personalidad

Mi personalidad es como
una cebolla,
cuyas capas has de pelar
si quieres llegar al final.

Mi personalidad se
compone de
caparazones y corazas
que disfrazan
lo real.

A mi personalidad
le encanta
debilitarse y desnudarse
ante los demás.

Mi personalidad,
ante los cortes
profundos,
no llora,
hace llorar.

Y después de todo,
te encuentras en
mi personalidad,
millones de finas capas,
fáciles de traspasar,
unas cargadas de bien,
otras trasladando al mal.

Me encanta que me
debilitéis
y desvistáis
y me lleguéis
hasta el final...
donde,
para sorpresa de todos
(incluída mi personalidad)
se halla, resurgiendo
de entre las cenizas,
la piedra pómez,
bajo el nombre
"Autoestima",
que, aunque es dura,
tiene penas,
que, aunque es sensible,
sólo se queda
con las cosas
buenas,
y me encanta estar
desnuda y encontrarla
una vez más,
ella es mi personalidad.