domingo, 12 de junio de 2011

Tan latente...

Avanzado el mes de abril,
no se atrevió
el Ombligo de Venus
a resurgir,
pero el pétalo de la amapola
se permitió la osadía
de rasguñar mi víscera,
la pasión de su rojo
reflejada en mis ojos,
brotes de sangre coagulados
toman impulso en el corazón,
y hoy, que siento vivo su pálpito,
diástole y sístole
marcan un ritmo acompasado
entre mis cuerdas vocales;
vibrarán
sin cese,
sin silencio.

Para bien o para mal.

(Abril de 2011)

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