domingo, 16 de octubre de 2011

El amanecer testigo

De todos ellos,
desprecio el sabor
del último beso.
Cuando los amaneceres, sucesivamente
se vuelven testigos silenciosos
de mi ausente inocencia,
me abrazo a los placeres
que Afrodita me inculcó.
En estado semi-consciente
rozo sus bocas,
como únicas y exquisitas,
vivo nocturna,
sin la presencia mental
del mañana.
Me despojé de
las nostalgias
y
las añoranzas,
sin embargo,
a pesar de las lluvias,
todos mis acompañantes,
se refugian en algún rincón de mi memoria.
La experiencia, prosigue
su cauce y,
de todos ellos,
rechazo el sabor
del último beso.

4 comentarios:

  1. Hay veces que debemos ser algo más frías y distantes, rechazando, como tú dices, el sabor de algunos momentos, miradas y besos...
    ¿A cambio? libertad, nueva gente, nuevas risas y mente limpia...sobretodo eso, no arrepentirse de nada de lo que haces, simplemente disfrutar.
    Hay momentos para todo, preciosa, y ahora toca mirarse el ombligo y sonreír! =)

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  2. A veces toca, sí! ;-) Y me alegro de estar viviendo esta época tan intensa...

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  3. :) muchos besos desde tierras lejanas

    Me gusta el poema porque es sincero.

    Aqui no he escrito nada... empezare de nuevo.

    Tortu

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  4. Wooo muchísimas gracias!
    Ya me he informado por tu Blog de que estás en UK... espero que lo disfrutes y mil gracias por tu comentario!
    Un besote, bonita!

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