lunes, 30 de mayo de 2011

Dormía y callaba, despierto y hablo

Las moscas que sobrevuelan
el cubo de las basuras
iniciaron la revuelta
de mis sentidos
y no fui sola.
Sus alas
se agitaban
entre mi más profunda
víscera,
aguardando el momento,
la cumbre.

Ayer,
mi corazón
recargaba de sangre
un bolígrafo sórdido,
sangre plasmada en papel,
sólo materia abstracta,
ineficaz, fugaz, etérea.

Hoy,
es el mismo corazón
quien palpita enérgico
y ya no tiñe hojas efímeras, blancas
habla, actúa, transforma
realidades,
sin tiempo que perder
(aunque de ello brota)
en el baile esquizoide del sentimiento.

Se ausentan, arrancadas por el viento
mis musas, mi inspiración
y, apenas acudo a sus escasas llamadas,
es tiempo de revolución.

4 comentarios:

  1. Claro que si, es tiempo de revolución. Cada verso de tu poesía es un canto, una hermosura que se palpa en tus manos.
    Besos.

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  2. Muchísimas gracias, Pablo, tus palabras siempre suenan a poesía... Espero que esas musas no te abandonen!!

    Un beso

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  3. ¿Abandonarte? Sería si dejas de sentir... darling.

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  4. Al contrario, si estoy activa, no estoy abandonada, cielo ;-)

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