martes, 26 de octubre de 2010

Comprender antes de odiar

Es irónico que a ti,
quien consideraba
el ser más
deleznable del planeta,
mi peor enemiga,
la más sucia persona
que se ha cruzado
en mi vida...
Es irónico
que sea tu figura
la que me haya
enseñado a
quedarme en paz
conmigo, a racionalizar
al odio.
Han pasado muchos
años, y, sin embargo,
en mi cabeza,
es hoy que el destino
se pone de tu lado,
al comprender
que estabas enferma.
Curiosamente,
mi camino,
se cruzó con la
horma de tu zapato
y, extrañamente,
he asumido
al único ser
que ayer
había odiado.
Hoy, desde aquí,
y a pesar de los pesares,
te pido perdón,
por no comprender,
hace años,
tu fata de educación,
de respeto
y de compasión,
por odiarte
antes de estudiarte.
Me alegra saber
que eras sólo una
enfermita,
dado que perdía
esperanzas de todo
al mirar tu carita
y preguntarme:
¿cómo puede habitar
en la tierra gente tan
podrida?
Ahora, puedo pensar
en ti, con cierta
compasión,
aunque sigas siendo
sólo una zorra
(hay cosas que no cambian),
pero ya, ni mucho
menos, te deseo
lo peor,
eso sí, cuando actúes:
¡Lejos de aquí, por favor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario