jueves, 28 de octubre de 2010

Barrotes en tus ojos

No es la primera vez
que te vomito
el corazón sobre papel.
Pero sí la primera vez
que lo verán tus ojos
y escucharán tus oídos...

A penas estábamos
abandonando la infancia
cuando tus primeros raps
(cargados de tus recientemente
adquiridas ideologías)
y mis cursis e infantiles
poemas de desamor
marcaban nuestras evasiones
a la realidad,
mientras contemplábamos,
en los cerros de Quijorna,
a las estrellas
y nuestras ansias
de volar hasta ellas
y Gaby, peinando sus cejas.
Luego, unos inocentes
rituales sátanicos
de los cuatro magos
curaban los quebrantos.

Cocaína y sus amigas
aparecieron en tu
vida
y complicadas circunstancias
en la mía,
eclipsando nuestro
corazón pueril
a nuestra cabeza, loca,
por vivir.
Se estancó mi vuelo
y el tuyo cayó en picado...

Te invadió un extraño odio
hacia ti mismo
que te condujo al abismo
de aquellas cuatro paredes
(el correccional)
donde mis cartas
no eran suficientes...
Y, muy aleccionado,
saliste de aquel lugar,
pero seguías enjaulado,
en recovecos de tu personalidad.

Varios tumbos, unos bandazos

y tu cuerpecillo delgado,
otra vez, encerrado
y pesos de plomo
en mi conciencia,
por no tener fuerzas
de hacer un hueco
para llegar hasta Meco
a mirar las sombras
que, en tus ojos verdes,
proyectaban las rejas
de aquella, tu celda.
Y un dolor en el pecho
cuando, en el peor
de mis momentos,
preguntaba una voz conocida:
"¿Qué sabes de Christian?"
y mis hombros sólo se encogian.
Y lágrimas de mis ojos
a tu camiseta
cuando, al fin, apareciste,
por sorpresa.

Últimos tumbos,
últimos bandazos,
últimos abrazos...

Y ahora nos hallamos,
tú allí (en Madrid),
yo aquí (donde siempre),
contemplando al presente,
como dos supervivientes
de nosotros mismos
y de nuestra hipersensiblidad
hacia/con la gente.
Tú, con más mérito,
saliste de entre los cartones,
a mí nadie
me robó mis algodones.
Y un repaso a lo pasado
nos muestra que ya está superado.

Ahora sólo espero que,
a pesar de los pesares
y de nuestros abismos
espacio-temporales,
cuando busques
en diccionarios y enciclopedias
una definición de amistad,
sea mi nombre el que marque
el punto final.

Y que un brillo en tus ojos
simbolice que tu libertad
ya no es condicional.

2 comentarios:

  1. jo, fea, qué bonito. me has emocionado y todo...

    ResponderEliminar
  2. jo, me alegro un montón de que te guste... es el poema con más sentimiento que he hecho en toda mi vida...

    ResponderEliminar