jueves, 11 de noviembre de 2010

Reincorporando afectos

Es cierto,
que cuesta
asumir afectos
tras múltiples
mellas en el
corazón,
la vida es un
camino de
muy largo recorrido
y, en sus márgenes,
nacen bifurcaciones
por las que, en ocasiones,
marchan los amigos;
sin el mal de amores
no avanza tu destino
y, el tema familiar
es muy bonito
cuando vives en un
cuentecito
de hadas,
allá en tu infancia...

Pero un día creces
y, al pensar en tu vida,
la sientes efímera.
Antaño me dañaba
de nostalgia al recordar
aquellos años, sin embargo,
cuando menos lo esperaba
mís días se compartían
y se llenaban
con sonrisas de sabor a presente,
algunas eran las de siempre,
otras, sorprendentemente,
me iluminaban
de olor a novedad.
Así que, con todo
y con eso,
la vida me ha enseñado
a abandonar el pasado,
cuando este
sólo existe para el daño.
Y, aunque hoy me muestro
consciente
de que los caminos de rosas son
inexistentes,
ya no me asusta querer a mi
gente.
Bien, es cierto, que,
retardo más el establecimiento
del vínculo,
caminando con pies de plomo,
sin embargo,
más vale un rato bueno
y uno malo
que uno medio malo
y otro malo.
El nacimiento del vínculo,
con cautela,
sólo puede enriquecerte.

Sí, es mucho más valioso
aquello que nos cuesta
conseguir
y más valemos
cuantos más motivos
otorguemos
para querernos.

GRACIAS a aquellos
que emanan
tanto calor
y disfrutan de aquel
que les doy yo.

Nunca olvido
a aquellos que
quedaron atrás en
el camino,
pero también, os digo,
que jamás me retiro
de aquellos que,
cada día,
caminan conmigo.

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