jueves, 11 de noviembre de 2010

En el mar de la alegría

¿Qué importa lo que fuiste
ayer?
¿Qué más da lo que seas
mañana?
¿Quieres saber quien soy
hoy?

Me encontrarás
allá,
donde los caminos
surcados,
forman perpendiculares de
felicidad.

Me encontrarás
allá,
donde el odio
no tiene un
lugar.

Me encontrarás
allá,
donde el cielo
sólo se viste de
libertad.

Me encontrarás
allá,
donde mis ojos
sólo saben de
los amaneceres que
vendrán.

Me encontrarás
allá,
donde el perdón
no es una mera
formalidad.

Me encontrarás
allá,
en aquel paraíso
donde mi sonrisa
no conoce el
final.

Búscame en el valle
que formó
el río de la libertad,
cuya corriente se
nutre de las penas
que ya no dolerán
y, la luna,
reflejada en la copa de los
pinos,
se bebe, cual copa de
vino,
la esencia de aquello que
fuimos.
Burlémonos del poder
de la naturaleza,
hasta el infinito,
lo justo,
para perder la cabeza.

Me encontrarás
allá,
en mi conciencia
sólo hay lugar
para colorear
los senderos de la
soledad.

¿Y tú?
¿Por qué vereda
pasearás?
Tu sonrisa me comenta
que hace tiempo
encontraste el surco,
donde las melancolías
quedan atrapadas
entre los arbustos.
Pisa fuerte
por tu senda de la felicidad
y, en el mar de la alegría,
me encontrarás.

Si vienes saldremos
a volar.

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