domingo, 14 de noviembre de 2010

Mirada a lo infinito

Mirada infinita
y, a su vez, transparente
clavada en el horizonte,
despistada,
ensimismada,
sensitiva,
pensativa,
cautivada
por la belleza
que sus ojos contemplan;
de pronto,
una voz,
le devuelve la conexión
a la realidad
y, vuelta a empezar,
a estresarse de obligaciones,
colmarse de cargas morales,
angustiosa responsabilidad
y así, abandona sus fantasías...

Y, por la noche,
sola en su paisaje,
de nuevo,
su mirada infinita
y transparente,
justo al borde de perder la conciencia,
contempla el paraíso natural,
repone las energías
que desgastó el día terrenal.
Se tumba,
desnuda en la cama,
se dispone a soñar.

Y mañana...
¡mierda!
otra vez, esa voz.
De vuelta a la realidad.

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